viernes, 15 de enero de 2010

Hipnosis Capítulo 16

Curso de Hipnosis. Capítulo 16

Introducción:

¡Aquí tenéis otro nuevo capítulo de mi curso de hipnosis! Me gustaría comenzar dando las gracias a todas las personas que participan en el foro y en especial a: manu, Xakobe, SerPan, Revelaciones, kokoparkletal, luis vaquero Mendoza y vvirtual.

Empezaremos con dos pruebas de sugestión enfocadas a aumentar o disminuir el ritmo cardiaco. Hay que tener mucho cuidado con la aplicación de estas pruebas, ya que SE DESACONSEJA EN PERSONAS QUE SUFRAN DEL CORAZÓN.

Continuaremos comentando dos técnicas de hipnosis bastante buenas: “Audio-Visualización (Técnica de COR)” y “Técnica de la habitación”. Destacan por su facilidad de realización y por un gran aprovechamiento de otros elementos, como en este caso es la música.

Después de ver la gran acogida que tienen los métodos rápidos de hipnosis, aquí os propongo otro: “Método rápido”. Un poco complicado de realizar puesto que hay que manejar la sugestión al 100%, ser muy rápido y preciso.

Seguiremos con dos técnicas de autohipnosis que nos ayudarán para aumentar la facultad de concentración en víspera de la realización de un intenso trabajo intelectual. Se llaman: “Técnica de las fosas nasales” y “Técnica del plexo solar”.

Para terminar hablaremos sobre si es posible hipnotizar a una persona sin su consentimiento. Por fin encontré un texto que habla de esto mismo. Yo pienso que no se puede hipnotizar a una persona sin su consentimiento debido a que toda hipnosis es autohipnosis, pero todos tenéis el derecho a conocer todos los puntos de vista y teorías al respecto.

*Pruebas de sugestión.

En principio las había desechado, pero utilizándolas con responsabilidad no encontraremos ningún problema. ESTAS DOS PRUEBAS DE SUGESTIÓN SE DESACONSEJAN para usuarios que sufran del corazón o algo similar. Así que antes de realizarlas, hay que preguntar. (Más vale prevenir…)

Prueba del pulso n.º 1

Esta prueba consiste en acelerar el pulso del sujeto a una pulsación más cada cinco segundos.

Supongamos que la persona tiene 84 pulsaciones por minuto, es decir, 7 cada 5 segundos. El hipnotizador debe entonces ajustar su metrónomo de modo que marque 8 golpes cada 5 segundos; a continuación se le dice el sujeto:

“Concéntrate en la idea de que tu corazón va a latir más deprisa de lo habitual. Mira fijamente el péndulo del metrónomo. Oscila a un ritmo de 8 golpes cada 5 segundos, mientras que en este momento el ritmo de tu corazón es de 7 latidos cada 5 segundos. Ahora, mientras miras fijamente el péndulo, tu corazón va a empezar a latir más rápido. Tu corazón latirá a un ritmo de 8 pulsaciones cada 5 segundos, igual que el metrónomo. A cada golpe del péndulo responderá con un latido de tu corazón… A cada latido de tu corazón, un golpe del péndulo. El ritmo de tu corazón y el del metrónomo tienden a ser iguales. Tu corazón late ya casi al mismo ritmo que el del péndulo… Tu corazón sigue su ritmo cada vez más fielmente. Los latidos de tu corazón se aceleran, se sincronizan con los del metrónomo. Ahora el ritmo de tu corazón es casi idéntico al del metrónomo…”

El hipnotizador controla el pulso del paciente y, si el número de las pulsaciones ha aumentado, puede deducir que la hipnosis será fácil.

Prueba del pulso n.º 2

El objetivo es hacer más lento el pulso del sujeto, que debe estar cómodamente sentado en un sillón, con los ojos cerrados y cerca de una mesa.

El hipnotizador le toma el pulso y regula el metrónomo para que el ritmo sea más lento que el del corazón; por ejemplo, si una persona tiene setenta pulsaciones por minuto, el metrónomo deberá regularse para marcar sólo sesenta. Entonces, el hipnotizador dice lo siguiente:

“Concéntrate en que tu corazón va a latir más despacio. Al hacerlo, presta atención al péndulo del metrónomo. A partir de ahora, cada vez que oigas el péndulo, golpea la mesa, y al mismo tiempo centra tus pensamientos en tu corazón. Concéntrate en la idea de que el ritmo de tu corazón se va a hacer más lento. No podrás evitarlo, tu pulso se va a hacer más lento. Estás tranquilo, muy tranquilo… Y esa tranquilidad conlleva necesariamente la disminución de tus pulsaciones. Cada vez que golpees la mesa siguiendo el ritmo del péndulo, el número de latidos de tu corazón disminuirá forzosamente. Tu corazón va a latir al mismo ritmo que el metrónomo. Estás cada vez más tranquilo… Y tu corazón late más regularmente, más pausadamente, lo siento… Sigue golpeando la mesa cada vez que oigas el péndulo. Se produce una sincronización, tu mano y el metrónomo responden al mismo ritmo. Sientes que ese ritmo te invade. E infaliblemente, tu corazón va a seguir ese mismo ritmo… Tu corazón seguirá el ritmo del metrónomo, latirá con la misma cadencia con que tu mano golpea la mesa. Es un ritmo que tú mismo impones… y que yo impongo. El ritmo que impone el metrónomo. Relájate, relájate para disminuir el ritmo de tu corazón. Relájate lentamente. Tu pulso va traduciendo todo lo que sucede dentro de ti. La observación de tu pulso permite conocer mejor el funcionamiento de tu organizo. Y conociéndote mejor, puedes controlarte mejor, calmarte, evitar lo que te perjudica. La emoción y la agitación aceleran tu ritmo cardíaco, pero la calma lo retarda. Cuando uno está tranquilo, el corazón también lo está. Cuando te pones nervioso, tu corazón también se altera. Deja que tus nervios se distiendan. Estás tranquilo, tus nervios están distendidos, tu pulso se hace más lento. Conseguirás dominar tu corazón, le impondrás la calma que ya se ha apoderado de tu mente. Ahora empieza. Ya está, notas que está empezando a retardarse el ritmo de los latidos. Tu corazón late más despacio. La lentitud continúa, la lentitud se intensifica… se establece un nuevo ritmo cardíaco. Tu corazón late más despacio. Te dejas llevar, descansas. Tu pulso se adapta al ritmo del metrónomo. Tu corazón y el metrónomo siguen la misma cadencia. Te dejas acunar por el ritmo del metrónomo. El ritmo del metrónomo te invade… El ritmo del metrónomo invade todo tu cuerpo.”

Al llegar a este punto, se constata que, en las personas fácilmente hipnotizables, las pulsaciones se han hecho efectivamente más lentas.

*Técnicas de hipnosis.

Cristóbal Ocampo Ramos, de 19 años, nos envía esta técnica titulada “Audio-Visualización” (Técnica de COR), y tiene como peculiaridad que utiliza audio y elementos gráficos que tienen muchos reproductores de música para PC.

Audio-Visualización (Técnica de COR)

Para llevarla a cabo necesitamos un ordenador que tenga algún reproductor de música con visualizaciones gráficas. En este caso, se utilizará el “Windows Media Placer 9” y algún tipo de música (Mucha atención: Música, y no canciones.) de preferencia Raúl Diblasio (piano) o Carlos Santana (Saxofón).

Como has de saber, cada que escuchas música en tu PC tienes la opción de ver diferentes visualizaciones que se mueven al ritmo de la misma. Bueno, nosotros nos basaremos en una visualización en especial, que son las que tienen vista de el ojo de un tornado o remolino. Si tienes el reproductor que antes mencione lo que tienes que hacer es poner la música que indiqué y si no la tienes pon alguna parecida. El caso es que tiene que ser lenta, música que te relaje. Ahora ve a la opción de visualizaciones y elije la categoría “ambiente”. Esta se divide en varias mas pero las que puedes utilizar son las que se llaman: “burbuja”, “molino”, “batidora”, “torbellino”, “remolino”, “velocidad” y “perspectiva” (que se encuentra en la categoría de batería)

Una vez tenemos todo preparado:

Tienes que hacer que el sujeto fije la vista en la pantalla, donde ya debes tener la visualización a pantalla completa, la música reproduciéndose, hacerle notar como el remolino o circulo se mueve al ritmo de la música y que no vera otra cosa que no sea eso.

“Quiero que te sientes frente al monitor, observes fijamente el centro de la figura. Escucha bien el ritmo de la música y fíjate como la figura se mueve al su ritmo.”

Mientras dices estos debes estar a su espalada y así debe ser durante toda la sesión, o al menos hasta que entre en Z2. Continuamos:

“Quiero que observes como la figura se mueve como un remolino y que te concentres en seguirlo con la vista…”

Espera unos treinta segundos para que se relaje y se acostumbre a ver esa figura. Entonces le dices:

“Ahora quiero que te olvides de todo, que solo tengas en tu mente el remolino y la música… Esto debe ser todo lo que existe… Quiero que respires profundamente, como si suspiraras. Al hacerlo, descubrirás que esto te gusta y te relaja más… Ahora quiero que lo hagas cinco veces más, y cada vez que lo hagas, sentirás cómo vas viajando dentro del remolino en una suave caída.”

Deja que el sujeto respire las cinco veces sugeridas. Como sugerencia, te pediría que usaras un todo de voz lento y cansado. Habla como si tuvieras sueño. Se convincentemente claro y trata de nunca tartamudear, ya que esto es señal de inseguridad y el sujeto creerá que no lograrás hipnotizarlo. Seguimos:

“El respirar te hizo sentir profundamente relajado. Ahora quiero que pongas atención a la música y que sientas cómo esta te va guiando al interior del remolino… Entre más te vas adentrando al remolino, más relajado te sientes… Sentirás como si fueras volando hacia el interior y todo tu cuerpo se va relajando poco a poco… Vas más y más adentro… Más y más relajado se siente tu cuerpo… Respiras tranquilo y sin dificultad.”

Si has leído los capítulos anteriores, ya deberás de saber seguir, pero si no, lo que debes hacer es seguirlo sugestionando en que su cuerpo está relajado y que se comenzará a soltar poco a poco conforme va viajando al interior del remolino.

Descubrirás que el sujeto está listo para pasar a Z2 cuando te des cuenta de que comienza a abrir sus dedos y suelta sus brazos. Después de esto, todo está listo para enviarlo al Z2. ¡Ojo! Si el sujeto no comienza a soltar su cuerpo, insiste un poco más, y si no funciona pídeselo directamente y sugiérele que esto lo relajará más y más. Decirle que se siente como si estuviera volando hacia el interior del remolino.

Para hacerle pasar al estado Z2, continuamos como sigue:

“Poco a poco vamos llegando al final de nuestro viaje hacia al interior del remolino… Entre mas avanzas, mas relajado te sientes… Comenzarás a sentir que tus párpados pesan conforme vamos avanzando (dependiendo del color de la visualización continuaras, en este caso digamos que es azul) el remolino azul se va haciendo más y más oscuro y tus párpados se hacen cada vez más y más pesados… Más y más… Más y más…”

Tienes que poner mucha atención en este parte de la sesión en especial, ya que con esto, si lo haces bien, lograrás que el sujeto alcance el z2.

En esta fase tienes que lograr que el sujeto cierre los ojos y si no lo hace, dile que cuando tú toques sus ojos, los cerrara. Toca sus ojos con los dedos pulgares y ciérrale sus parpados teniendo cuidado de no hacerlo bruscamente.

Después de esto:

“El remolino se va oscureciendo hasta alcanzar un color muy oscuro… Ahora no podrás abrir tus ojos… El viaje en el remolino ha terminado. Te encuentras ahora en su interior. Estás flotando dentro de é… En un lugar oscuro al que no tienes miedo… En el que te encuentras profundamente relajado… muy relajado… Aquí no hay nada que te pueda molestar…”

Espero que no te hayas olvidado de la música, ya que este es el toque final.

“Dentro del remolino todavía escuchas la música, pero de repente poco a poco se comienza a desvanecer… Esto es por cada vez estas mas relajado… Conforme la vas dejando de oír, comenzarás a caer en un profundo sueño diez veces mayor que el que tienes ahora…”

Conforme vas diciendo esto tienes que ir bajando el volumen de la música lentamente. Sigue insistiendo en que entre mas bajo escuche la música, más relajado estará, y cuando estés a punto de bajar el volumen total de la música…

“Ya casi no oyes la música, que está a punto de desvanecerse totalmente… Cuando lo haga, tú caerás en un sueño profundo diez veces mayor que en el que estas ahora…”

Ahora baja el volumen total de la música y cuando lo hagas, hazlo saber…

“Ya no oyes la música… Te encuentras en un sueño aún más profundo, en el que sólo oyes mi voz, que escuchas atentamente y que sientes como te relaja…”

Si lo hiciste correctamente el sujeto ya se debe encontrar en Z2 y a partir de ahora puedes intentar una o dos pruebas más como la de la levitación de la mano y/o la del puño cerrado. Esto no es necesario. Puedes hacerlo si quieres o no; pero independientemente de lo que decidas este es el mejor momento para realizar el objetivo para el cual hipnotizamos al sujeto. Dicho objetivo puede ser, mejorar académicamente, dormir mejor, etc.…

Para despertarlo sólo tienes que seguir los mismos pasos pero a la inversa. Recuerda primero la música, luego el vuelo hacia fuera del remolino que se tendrá que ir haciendo cada vez más claro y con más luz.

Técnica de la habitación

Hablando de técnicas que utilizan la música como apoyo, “Gelevy” nos describe en los foros una bastante buena, muy útil para sujetos difíciles de hipnotizar. Así es cómo nos la describe:


Tiene la dificultad de que se requiere de un ambiente en condiciones especiales:

1. Un cuarto sin distracciones
2. Un sistema de sonido con volumen graduable
3. Un sistema de iluminación con intensidad graduable
4. Una persona oculta que haga las veces de asistente y que tenga acceso a los controles del sonido y la luz

Pasos:

Sientas al paciente sin que sepa que tienes un ayudante oculto.

De fondo debe escucharse una música relajante a un volumen moderado.

Comienzas a relajar al paciente a través de sugestiones positivas utilizando la técnica de la barca, la escalera, etc.

A lo largo de la historia le dirás al paciente:

“Sientes que comienzas a aislarte del medio que te rodea… Te encuentras muy bien… Muy relajado… Sientes como te vas desconectando del mundo real…”

“La música comienza cada vez la escuchas mas distante… Esto quiere decir, que te vas alejando poco a poco… Estás muy relajado… Comienzas a entrar en un estado de relajación muy especial… Tu cuerpo desconecta del mundo real… Cada vez más desconectado… Más distante…”


“Siente que el sonido de la música cada vez es mas bajo… Cada vez estás más lejos… Te encuentras muy relajado… Cada vez más apartado del mundo real… Muy tranquilo… No hay nada que te moleste…”

El ayudante rebaja lentamente el sonido de la música

“La música ha desparecido… Te encuentras en un estado muy especial de relajación… No hay nada que pueda molestarte… Te sientes muy bien… Completamente desconectado y relajado…”

El ayudante baja por completo el sonido de la música.

También podemos aplicar este mismo procedimiento con la luz

Ahora el paciente es totalmente suyo, si el procedimiento anterior fue aplicado de forma convincente y el paciente no descubre o sospecha del ayudante oculto, podrá ordenarle que entre en trance profundo y obtendrá rápidamente un adorable Z2.

REPITO: ¡Si aplica bien la técnica, es infalible!

Método rápido

Lo primero de todo: Utiliza este método sólo con personas altamente sugestionables, siempre y cuando ya tengas práctica con la hipnosis. No servirá de nada si lo realizas sin tener práctica en la hipnosis.

Se comenzará diciéndole al sujeto que ponga sus brazos estirados hacia delante, con las palmas mirándose entre sí y separadas unos 15 centímetros.

Se le dirá al sujeto:

“Puedes bajar ahora las manos y relajarlas…En apenas un momento voy a hacer que tus manos vuelvan a estar en esta misma posición, y verás como es muy fácil entrar en un nivel de hipnosis bastante profundo en cuestión de segundos. ¿Estás preparado?”

Recuerda que deberemos tener su consentimiento para continuar.

“Ahora cierra tus ojos y respira dos veces profundamente. Mantén cada inspiración un momento y después suelta el aire lentamente…”

“Dentro de un momento voy a tenerte con los brazos estirados hacia delante, exactamente como estaban antes. Cuando te pida que muevas tus manos a esta posición, luego te pediré que abras los ojos y sigas mis instrucciones.”

“Permaneciendo relajado y tranquilo, quiero que extiendas tus brazos hacia delante, exactamente como los tuviste antes.”

Después de que el sujeto extienda sus brazos, haz que la distancia entre sus manos sea de 15 centímetros aproximadamente. Mantén tu dedo índice al nivel de sus ojos y realiza el siguiente movimiento. Lentamente mueve tu dedo índice hasta ponerlo entre sus manos.

“Ahora quiero que te concentres en mi dedo. En un momento voy a retirar mi dedo, y quiero que comiences a concentrarte en el punto donde estaba mi dedo.”

Entre sus dos manos. Rápidamente mueve tu dedo en un movimiento hacia abajo, quitándolo de entre sus manos.

“Lo estás haciendo bien. Continúa concentrándote en el punto donde estaba mi dedo.”

Voy a comenzar a contar de tres a uno. Cuando llegue a uno, permite que tus ojos se cierren.

“Tres, tus ojos se sienten pesados… Están cansados…”

“Dos, están comenzando a parpadear y a cerrarse poco a poco…”

“Uno, están tan pesados que tienes que cerrarlos. Ciérralos y relájate.”

Incluso con tus ojos cerrados, puedes imaginar ese punto entre tus manos.

“Ahora estoy tocando suavemente tus manos, y me doy cuenta de que están empezando a juntarse.”

“En un momento, tus manos se tocarán. En cuanto se toquen, tu cuerpo entero se relajará y se aflojará. Entrarás en un estado de hipnosis muy profundo. Las manos se están juntando… Más cerca… Más cerca… En el momento en el que se toquen, tu cuerpo entero se relajará y tú entrarás en un estado muy especial de sueño. Ya falta muy poco. En el momento en que se toquen, entrarás en un estado de sueño muy especial.”

Según se vayan acercando las manos, ten tus manos en una posición que te permita, cuando se toquen, pegárselas. En ese momento, rápidamente, cierra sus manos empujándolas con las tuyas firmemente y ordenándole que duerma. En el mismo instante aplica un movimiento hacia abajo en sus manos (Como si se las bajaras). Esto causará que el sujeto pierda rigidez y se relaje.

*Autohipnosis.

Vamos a ver dos métodos de autohipnosis. Aunque yo las consideraría como métodos de relajación. Las indicaciones para estos dos métodos son las siguientes:

Estas dos técnicas sirven para aumentar la facultad de concentración en víspera de la realización de un intenso trabajo intelectual.

Técnica de las fosas nasales

Esta técnica basa su eficacia en un ejercicio respiratorio determinado, y en la relajación que procura su ejecución. Se practica generalmente de pie o sentado.

Desarrollo:

  1. Con los dedos ligeramente separados, apoye la mano derecha sobre el ombligo y manténgala así durante todo el ejercicio.
  2. Apoya el dedo índice izquierdo en la zona central de la frente, mientras presionas con el pulgar izquierdo la aleta nasal izquierda y respirar por la fosa nasal derecha, metiendo el vientre al inspirar y sacándolo al espirar.
  3. Inspire lenta y profundamente y concéntrate en el aire que penetra en tu cuerpo a través de tu fosa nasal derecha (la izquierda permanece apretada por tu pulgar izquierdo).
  4. Cuando termines de inspirar, presiona también la aleta nasal derecha con tu dedo medio izquierdo.
  5. Permanece así un momento, con los pulmones llenos.
  6. Levanta el dedo pulgar y espira lentamente por la fosa nasal izquierda. La otra fosa nasal permanece cerrada.
  7. Permanece unos instantes con los pulmones vacíos.
  8. Inspira por la fosa nasal izquierda.
  9. Terminada la inspiración, presiona tu fosa nasal izquierda; repite las fases 2 a 8 unas diez veces.

Ya se trate de la fosa nasal izquierda o de la fosa nasal derecha, el esquema respiratorio es el mismo: espirar y después inspirar.

Nota: A pesar de que parece un poco complejo, este ejercicio se lleva a cabo en menos de un minuto, y acabarás asimilándolo perfectamente en muy poco tiempo. Pero, al principio es necesario repetirlo dos o tres veces al día; al cabo de una semana conviene practicarlo a diario por lo menos una vez, al mismo tiempo que te repites: “Me relajo… Me siento cada vez más relajado… Estoy completamente relajado”. Posteriormente, cuando la práctica permita una ejecución automática, basta con emplear la palabra “relajado”, mentalmente o en voz alta.

Técnica del plexo solar

También en esta técnica, la relajación se obtiene combinando un determinado ejercicio respiratorio con cierta dosis de imaginación.

Desarrollo:

  1. Coloca tu puño (izquierdo si eres zurdo, derecho si eres diestro) sobre tu abdomen, encima del ombligo.
  2. Cierra los ojos.
  3. Siente cómo, al ritmo de la respiración, tu mano sube y baja al mismo tiempo que tu abdomen.
  4. Imagina que tu plexo solar tiene la forma de un pequeño sol radiante suspendido en tu caja torácica.
  5. Realiza un esfuerzo de imaginación: Haz que tu cerebro “descienda” hasta ese sol para unirse con él.
  6. Identifícate completamente con ese sol imaginario que es tu plexo solar, y constata que todas las energías convergen hacia ese “yo” que irradia energía en el centro de tu cuerpo.
  7. Comprueba cómo la relajación, la falta de concentración y la fatiga se van desvaneciendo poco a poco.
  8. Permanece en ese sol interior; no pienses en nada que no sea ese punto preciso en el que tu universo mental ha quedado fijado.
  9. Una vez lograda unidad absoluta con el plexo solar y, a través de él, con todo tu cuerpo, retira la mano que tenías apoyada sobre tu abdomen.
  10. Abre los ojos.

Nota: Se aconseja repetir este ejercicio cuatro veces cada dos días, hasta dominarlo. Después, para no perder la práctica, ejecútalo una vez por semana, aunque en ocasiones sientas que no es necesario aumentar o consolidar la facultad de concentración.

¿Se puede hipnotizar sin el consentimiento de la persona?

A continuación os muestro un texto que habla sobre lo que podríamos hacer para hipnotizar a alguien sin su consentimiento.

Un método indirecto de inducción

A pesar de que la mayoría de los autores modernos se hallan de acuerdo en afirmar que, si se quiere emplear la hipnosis con fines terapéuticos, será necesario actuar siempre con consentimiento del paciente, en algunos casos en que esto no se pueda obtener razonablemente, es posible superar el obstáculo con este método. Fue ideado por Erickson y Kubie, quieres lo presentaron en un estudio el año 1941. Se trataba de una paciente afectada de graves disturbios de tipo histérico y que había rechazado someterse a hipnoterapia. Para curarla, según ambos médicos, no había otra solución que hipnotizarla sin que se diera cuenta, y procedieron así.

La paciente, enfermera de un hospital, dormía con una compañera. El primero paso fue hacerse con la colaboración de esta segunda mujer, y ya seguros de ello, pidieron a la paciente que acompañase a su amiga, que debía someterse a una cura de la hipnoterapia. La paciente, curiosa y sin la menor sospecha, accedió. Cuando llegaron a la primera inducción al trance, el operador rogó a la paciente, sin dar importancia a sus palabras, que siguiese el procedimiento con atención, porque esto le ayudaría, si deseaba ser hipnotizada a su vez en el futuro. Ambas muchachas, paciente y colaboradora, se sentaron en dos sillas cercanas, y tras una larga y penosa serie de sugestiones, el autor logró inducir en trance profundo a la cooperadora. Durante el procedimiento se les impartieron diversas sugestiones. Ya hemos dicho que ambas mujeres estaban sentadas en sillones próximos, de forma que el hipnotizador podía mirarlas a la vez, o por turno, pero sin despertar la menor sospecha en la paciente. Así le era posible, por ejemplo, hacer coincidir las sugestiones de respiración dadas a las que yacía en trance, con el ritmo respiratorio de la paciente, sin que ésta se diese cuenta. Poco a poco se vio que cada sugestión dada a la colaboradora se realizaba también por la paciente, ignorante de todo lo que sucedía.

Habiendo observado que en cierto momento la paciente se ponía las manos sobre el regazo el médico insinuó a la colaboradora hiciera lo propio. Estas maniobras llevaron progresivamente a una estrecha identificación de la paciente con la otra muchacha, de tal forma que paulatinamente, cuando se decía a la que yacía en trance, valía también para ella. Se llegó al punto de que el hipnotizador sugestionó a la colaboradora, mientras miraba a la paciente, aumentando así en ella la necesidad de responder de forma positiva. Cuando indujo en trance profundo a la propia paciente, tras hora y media de trabajo, el hipnotizador tomó diversas iniciativas para darle seguridad. Le anunció que había caído en trance, pero que no se haría nada contra su voluntad; le aseguró que volvería voluntariamente y sin acompañante en días sucesivos, y añadió que sería capaz de despertar sola, si él la había ofendido o herido involuntariamente de algún modo; por último, le ordenó borrar de su mente cualquier sentimiento de venganza u odio contra el hipnotizador. Se tomaron, en suma, todas las precauciones para que las futuras sesiones se desarrollaran con pleno éxito. El método dio un espléndido resultado.

Fragmento extraído del libro:
El gran libro práctico del hipnotismo” de Carlo Liguori (Editorial de vecchi)

Fin del capítulo 16

¡Pues hasta aquí hemos llegado esta vez! Espero que todo os haya resultado, por lo menos, interesante. Decir una vez más, que cada capítulo nuevo se me hace muy difícil debido a que intento no repetir nada de lo que ya he escrito.

Para cualquier duda o comentario, lo podéis publicar en los foros de mi Web. Intentaré responder en el menor tiempo posible cualquier mensaje que pueda quedar sin responder. Desde aquí, otra vez, muchas gracias a todos los colaboradores del foro.

Hipnosis Capítulo 15

Curso de Hipnosis. Capítulo 15

Introducción:

¡Muy buenas a todos! Ya hace más de un año que no escribo un capítulo nuevo y es que he estado bastante ocupado. Pero como lo prometido es deuda, aquí lo tenéis. Está creado mayormente a partir de información muy buena que habéis estado escribiendo en los foros de la Web. Esta vez, soy yo quién tiene que dar las gracias por vuestra participación.

Comenzaremos por comentar una prueba de sugestión muy curiosa y fácil de realizar, publicada por “manu”. Se llama “la prueba del bostezo”.

Debido a que se ha hablado mucho sobre los problemas y mejores técnicas para hipnotizar a niños, he encontrado en un libro bastante viejo unas cuantas: “Visualización de una escena” y “Método de enlazamiento de las manos”.

Repasaremos siete nuevos métodos de profundización.

Continuaremos con tres técnicas de autohipnosis muy fáciles de realizar y especialmente desarrolladas para combatir el estrés; siendo una de ellas indicada para combatir el insomnio.

Y terminaremos aclarando una duda que suele rondaros a muchos de vosotros: “¿Cómo sé si estoy hipnotizado?

*Prueba de sugestión.

La prueba del bostezo

Esta prueba de hipnosis es de las más sencillas con las que me he encontrado, ideada por “manu” y con una tasa de éxito bastante alta.

Esta prueba consiste en provocar que el sujeto bostece. Cosa bastante fácil, y que funciona con las mínimas sugestiones posibles. Y esto es posible con el mero hecho de provocar en la mente del sujeto la idea de sueño, pereza, gente bostezando porque está cansada y tienen sueño… Todos sabemos que el bostezo es algo muy contagioso, y cuando la idea “Bostezo” viene a nuestra cabeza, nuestra voluntad para impedirlo se reduce a su mínima expresión; lo cual, utilizaremos como puntos a nuestro favor.

A continuación se muestra el procedimiento para su realización:

Ponemos al sujeto sentado cómodamente en algún lugar y le decimos:

Ahora te voy a hacer una prueba que sirve para identificar una serie de elementos necesarios que ayudan a que tu cuerpo acepte fácilmente las sugestiones.“

Le explicamos todo lo referente a que no es una lucha y demás, pero siempre remarcando que si no es exitosa la prueba se debe a que el/ella falló y no nosotros, ya que con todos los demás ha funcionado y luego decimos...

“La prueba es muy simple y no corres ningún riesgo, en el transcurso de la prueba no te hipnotizaré en contra de tu voluntad ya que eso es imposible, lo único que vas a sentir es un gran cansancio y unas fuertes ganas de bostezar, es normal, les ocurre a todos.

“Ahora cierra los ojos, ponte cómodo y escucha bien lo que te voy a ir indicando. No te distraigas, a partir de ahora sólo debes prestarme atención a mi.”

“Cierra bien la boca e intenta mantenerla así aunque te cueste mucho... Yo ahora voy a ir contando de tres a cero dándote una indicación en cada conteo.”

Las siguientes indicaciones se dicen usando un tono de voz bastante pesado, pero que no se note demasiado, que se perciba. Hay que hablar como si uno mismo tuviese sueño, se puede ir aumentando este tono con cada conteo. Incluso, si vemos que el sujeto no está por la labor de bostezar, bostezamos nosotros mismos.

“Cuento tres… Poco a poco vas a sentir una sensación de pesadez, como cuando estás con mucho sueño...”

“Cuento dos… Comenzarás a sentir unas ganas muy grandes de abrir la boca para bostezar y se van incrementando con cada respiro... Respira profundamente dos o tres veces… Llenando tus pulmones por completo en cada inspiración y vaciándolos en cada expiración.”

“Cuento uno… No aguantas más… Ya se podría decir que es solo cuestión de tiempo para que bosteces. Tápate suavemente la boca con tu mano y recuerda que si necesitas mucho bostezar no es un fracaso, sino un triunfo… Si ves que no aguantas más no te resistas, verás como esas ganas de bostezar se incrementan cada vez más...”

“Cuento cero… La sensación de bostezo es irresistible y la boca se te abre sola para bostezar, necesitas el alivio del aire entrando por tus pulmones y no aguantas más y bostezas... ¡¡bostezas!!”


Si vemos que no bosteza, podemos hacer como que bostezamos nosotros, como si lo quisiésemos ocultar para que el sujeto no se de cuenta, pero que sea algo sutil, esto le dará el golpe final y no resistirá.

Esta prueba debería funcionar el 99% de las veces. De hecho, tanto el autor, como yo mismo mientras la escribía, bostezamos varias veces.

Esta prueba es ideal como puente hacia una inducción y técnica de hipnosis, puesto que es el propio sujeto quién se da cuenta, cuando bosteza, de que tiene sueño de verdad.

Por ejemplo, como muy bien dice “manu”, podemos relacionar esta prueba con la técnica de la mano que toca la cara.


Mientras tenemos al sujeto recostado le decimos que ahora comenzará a sentir sueño y le damos sugestiones de ese tipo, después le decimos que a raíz del sueño comenzará a tener ganas de bostezar y que puede hacerlo libremente, ya que esto profundiza más su relajación y que a cada bostezo la mano comenzará a elevarse y con cada bostezo lo hará más rápidamente hasta tocar su cara por fin, le explicamos que cuando esto suceda quedará completamente dormido.

*Métodos que se han de adoptar con los niños.

En general, no es fácil emplear una de las técnicas normales con niños o muchachos, ya que, aún simplificándolas al máximo, son siempre demasiado complicadas para su mentalidad. Y como para lograr un buen resultado es necesaria la colaboración del sujeto, es preciso hallar el modo de adaptarse a la personalidad infantil, mucho más delicada que la del adulto.

Visualización de una escena.

Para cada niño, deberemos de adaptar esta técnica a sus gustos. Una de las técnicas más usadas es hacer sentar cómodamente al pequeño paciente en un sillón, hablándole de forma sencilla y amistosa, preguntándole por sus gustos, costumbres, etc. Si se descubre que el pequeño es un entusiasta del cine (o de cualquier otro espectáculo), se le pide que recuerde una película que haya visto recientemente y que le haya gustado sobremanera. Supondremos que al muchacho le entusiasman las películas de indios y pistoleros. Así quedaría:

“Imagínate que entras en una sala de cine. Mírala, está oscura, va a comenzar la película. Tú te diriges a tu butaca y fijas la vista en la pantalla. Te sientes impaciente por verla, pues es una de tus preferidas. Con mucha atención, apenas aparezca la primera imagen, levantarás un poco la mano derecha. Mira, tu mano derecha se levanta, ¡bravo! Esto quiere decir que la película ha empezado. Mantén siempre los ojos fijos en la pantalla. Fíjate, una carga de indios (u otra escena escogida de las que entusiasman al muchacho). Mira, el galopar de los caballos llena la pantalla; te sientes dentro de la película, metido de lleno en la acción, pero mi voz no te molesta, me oyes perfectamente y continúas viendo la película. Entretanto tu mano se levanta, se levanta poco a poco, se vuelve ligera, cada vez más ligera, parece que la levanten un manojo de globos que la van a hacer volar arriba, arriba; y mientras la mano se eleva, cada vez con más ligereza, te viene sueño…, mucho sueño, cada vez más sueño; ahora en la pantalla hay una pradera verde…, silencio…, cuánto silencia…, cuánta paz…; no se siente ningún rumor, la mano se levanta y se eleva; ahora cambia de dirección; fíjate, se acerca a tu cara. Tú tienes los ojos cerrados porque tienes sueño, mucho sueño, pero sigues viendo la película; la pradera verde…, apenas la mano te toque la cara, te habrás dormido. Pero continuarás viendo la película y oyendo mi voz. Mira, la mano ya está en tu cara y tienes sueño, mucho sueño… duerme…, duerme…, duerme profundamente…”

El muchacho ya está en trance. Si no deja caer la mano espontáneamente, se le toma y coloca sobre el brazo del sillón, continuando luego con la normal profundización en trance. Este método es excelente para muchachos de seis a doce años.

Método de enlazamiento de manos (para niños)

Esta técnica se adapta particularmente a los muchachos, aunque sirve también de relajación para adultos nerviosos. No me centraré en describir la fraseología puesto que a este nivel ya estáis lo suficientemente capacitados para crearla automáticamente.

El inicio es el de costumbre. Se hace sentar al paciente en el sillón y se le interroga para ganarse su confianza. Una vez roto el hielo, el hipnotizador le ordena enlazar sus manos con los dedos cruzados y le propone apostar a que no será capaz de soltarlas cuando se lo mande. Pero debe prometer que será leal y cumplir cuanto se le ordene. Luego se le pide que cierre los ojos y que no los abra hasta nuevo aviso. El muchacho debe apretar fuertemente sus dedos, se le invita a hacerlo cada vez con mayor fuerza. Las manos, fuertemente enlazadas, ya no las podrá soltar. Cuanto más intente hacerlo, menos lo conseguirá. En este instante, si el muchacho ha obedecido las órdenes, no logra soltar sus manos y, a la siguiente orden de dormirse, cae en trance. Entonces se procede a profundizar dicho trance.

* Técnicas de profundización.

Como muchas veces nos va a hacer falta alcanzar un estado profundo de hipnosis, nos serán muy útil utilizar las técnicas de profundización. Hay que dejar claro que NO son técnicas para hipnotizar, sirven para hacer que una persona hipnotizada entre en un estado de hipnosis más profundo. Vamos a describir unas cuantas:

Brazo arriba, brazo abajo

El hipnotizador levanta y después baja delicadamente el brazo del sujeto, diciendo:

“Ahora voy a levantar tu brazo. Al hacerlo, te relajas fácilmente y cada vez más profundamente. Ahora tu brazo desciende, y a medida que baja, te relajas cada vez más profundamente. Cada vez que tu brazo ascienda y descienda, tu relajación será todavía más grande, y tú dormirás más profundamente.”

Hay que tener en cuenta de que tienes que avisar al sujeto antes de tocarlo, para que no le tome por sorpresa.

Mano sostenida

El hipnotizador levanta suavemente una de las manos del sujeto y la sostiene durante uno o dos minutos, diciendo:

“Mientras yo sostengo tu mano, te relajas, te relajas cada vez más… Comienzas a sentir tu mano más ligera… Te sientes cada vez más relajado… Duermes más profundamente… Te sientes bien… Muy bien… Solo quieres relajarte más… Mientras tenga sostenida tu mano, te darás cuenta de que tu relajación cada vez es mayor… Te relajas… Sientes todavía más sueño… Quieres dormir más profundamente… más profundamente…”

Abanico en la mano

El hipnotizador toca la palma de la mano derecha (izquierda) del sujeto, como si pusiera algo en ella (Recuerda avisar de antemano que vas a tocarle); después, muy suavemente, la empujas hacia delante y hacia atrás. La sugestión es la siguiente:

“Imagínate que tienes un abanico en la mano. Agita ese abanico imaginario alternativamente hacia delante y hacia atrás; y al agitar de ese modo el abanico, te sentirás cada vez más relajado. Sigue mentalmente los movimientos del abanico: hacia delante… hacia atrás, hacia delante… hacia atrás. Mientras el abanico sigue con su vaivén, te relajas, te relajas cada vez más profundamente. El abanico hacia delante, hacia atrás, hacia delante, hacia atrás. Es como si se moviera por sí solo. Deja que se mueva solo, como si tu mano no tuviera nada que ver. Deja que el abanico conduzca tu mano, hacia delante… hacia atrás…”

A continuación el hipnotizador puede emprender la sugestión con un abanico en la mano izquierda (derecha) y la insensibilidad progresiva de la mano derecha (izquierda), desde la punta de los dedos hasta la muñeca, desde la piel hasta los huesos. Es decir, ir insensibilizando la mano que no tiene el abanico poco a poco.

Puño cerrado

Es como la técnica del puño cerrado. Para recordar, la explico también.

El hipnotizador dice lo siguiente:

“Me gustaría que cerraras bien los puños. Bien. Tus puños están cerrados, muy cerrados. Tan cerrados que te resulta imposible abrirlos. Prefecto. Cierra bien los puños e imagina que te resulta imposible abrirlos. Voy a empezar a contar y cuando diga tres vas a sentir tus puños cada vez más cerrados. Cuando diga tres estarás tan concentrado en tus puños cerrados, que te será imposible abrirlos. Uno, tus puños están apretados, cada vez más apretados… Dos, tus puños están cada vez más apretados, completamente apretados… Tres, ya no puedes abrir los puños, es algo que te resulta imposible… ¿Ves? No se pueden abrir… Ahora cuando cuente hasta tres, podrás abrirlos y te dormirás todavía más profundamente. Uno… Dos… Tres… Abre los puños y ¡duerme! Duermes más profundamente.”

Cuenta atrás

Es uno de los métodos más fáciles. El hipnotizador afirma:

“Estás relajado, pero dentro de poco lo estarás todavía más. Voy a contar a la inversa, de diez hasta uno, y a medida que pronuncie los números te sentirás cada vez más relajado. Diez, estás relajado, perfectamente relajado… Nueve, estás cada vez más relajado… Ocho, tu relajación aumenta… Siente, estás cada vez más relajado… Seis, te sientes bien… muy bien… Cinco, sólo tienes ganas de dormir cada vez más profundamente… Cuatro, duerme profundamente… más profundamente… Tres, tu estado de relajación es cada vez más grande… Dos, duerme… Uno, te encuentras totalmente relajado… duermes muy profundamente… duerme…”

Noción del tiempo

Si es necesario, el hipnotizador puede utilizar un metrónomo o un reloj para que el sujeto se concentre en su tic-tac, e iniciar la siguiente sugestión:

“Cada segundo que pasa (a cada golpe del metrónomo o del reloj) te relajas más, te duermes más profundamente; cada vez mas…”

Se puede también hacer alusión a las próximas sesiones, diciendo, por ejemplo:

“En las próximas sesiones te sentirás cada vez más relajado, más adormecido. Cada una de las sesiones supondrá un disfrute mayor de este sueño, que será todavía más beneficioso. Cada vez que vuelvas gozarás de un sueño reparador aún más saludable que el de hoy.”

Este último procedimiento se aconseja, sobre todo, para facilitar el alcance del estado hipnótico en las sesiones posteriores.

Doble sugestión

Puede ser útil complementar una sugestión con otra. En efecto, la eficacia de la primera puede contribuir al éxito de la segunda: si el sujeto comprueba que la primera sugestión ha dado resultados positivos, le será más fácil aceptar una segunda sugestión, destinada a profundizar su estado hipnótico.

Un ejemplo:

“Ahora, en tu mano derecha (izquierda) vas a sentir calor. La sangre va a fluir más rápida y abundantemente en esa mano, y por eso la notarás más caliente.”

Una vez que se obtiene el resultado que ha anunciado, el hipnotizador prosigue:

“Tu mano derecha (izquierda) está más caliente, cada vez más caliente. Y mientras tanto, tu mano izquierda (derecha) se enfría; cuanto más se calienta la mano derecha (izquierda), más se enfría la izquierda. La afluencia sanguínea en esa mano disminuye. Cuanto más se calienta la mano derecha (izquierda), más se enfría y se entumece la izquierda (derecha).”

*Autohipnosis.

A continuación vamos a comentar tres pequeñas técnicas de autohipnosis.

Indicaciones principales: Para prevenir el estrés, regenerarse psíquica y físicamente, y mantener o encontrar cierta estabilidad emocional.

Técnica del ombligo

Se trata de un procedimiento basado en un antiguo método de relajación practicado por los monjes del monte Athos (Grecia).

Desarrollo:

  1. Túmbate boca arriba, en un lugar tranquilo.
  2. Cierra los ojos.
  3. Respira lenta y profundamente; el procedimiento más idóneo es meter el vientre en el momento de inspirar y sacarlo al ir a espirar.
  4. Continúa respirando de la misma manera pero introduce una innovación: empieza a contemplar, mentalmente, tu propio ombligo.
  5. Intenta abstraerte totalmente, y no permitas que ningún pensamiento llene tu mente; mientras tanto, continúa respirando como acabamos de indicarte, metiendo el vientre al inspirar y sacándolo al espirar, y bajo ningún concepto interrumpas la “contemplación” de tu ombligo.

Nota:

A veces se logra la relajación con apenas dos o tres minutos de ejercicio. Si no fuera así, no hay ningún inconveniente en iniciarlo de nuevo tantas veces como sea necesario, repitiendo: “La relajación nace en mi ombligo”. Para las personas acostumbradas a esta técnica bastará con evocar la noción de la relajación, a la vez que se concentran en la imagen mental de su ombligo.

Técnica del tercer ojo

Se trata de un procedimiento derivado de los clásicos métodos de concentración de Oriente.

Desarrollo:

  1. Puedes tumbarte boca arriba, sentarte o permanecer de pie. Cierra los ojos y respira, metiendo el vientre al inspirar y sacándolo al espirar.
  2. Concéntrate en lo que los Tibetanos llaman el tercer ojo, es decir, un punto situado en la zona central de la frente, que constituiría el vértice superior de un triángulo imaginario cuyos otros dos vértices serían los ojos.
  3. No permitas que ningún otro pensamiento altere tu concentración en el tercer ojo, ni interrumpas tu respiración regular; si es necesario, repítete mentalmente que te estás relajado.

Nota:

Se aconseja practicar este ejercicio hasta alcanzar la sensación de relajación, pero si esta no se produce al cabo de cinco a diez minutos, es preferible recurrir a otra técnica

Técnica del vacío total

Esta técnica sirve también para combatir la ansiedad y los insomnios ligeros. (Muy útil para quedarse dormido.)

Este procedimiento consiste en eliminar progresivamente una imagen mentar determinada.

Desarrollo:

  1. De pie, sentado o tumbado, cierra los ojos.
  2. Retén en tu memoria una imagen familiar, como puede ser una determinada habitación de tu casa, y procura recordarla con toda nitidez, a la vez que te repites: “Para mí, no existe nada más”.
  3. Concéntrate en todos los detalles de esa imagen (paredes, suelo, techo, ventanas, muebles, etc.)
  4. Uno por uno, suprime mentalmente todos esos elementos, hasta llegar a un “vacío total”.
  5. Una vez eliminado todo, mantente en ese vacío por algunos instantes, y deléitate en la sensación de reposo que produce.

Nota:

En caso de insomnio, si la representación del vacío imaginario no conduce automáticamente al sueño, es necesario repetir el ejercicio las veces que sea preciso. Pero, como regla general, esta técnica empieza a surtir efecto después de unos minutos de práctica.

Respuestas a vuestras preguntas.

¿Estoy hipnotizado ya?

Esta es una de las preguntas que mucha gente se hace. Sobre todo aquellos que practican la autohipnosis. Resulta muy sencillo saber si estás en estado hipnótico, para ello vamos a distinguir entre hipnosis y autohipnosis.

  • Autohipnosis.

La forma más fácil de saber si estás “autohipnotizado” es darte una sugestión. Por ejemplo: “Comienzo a sentir calor en la palma de mi mano… Mi mano se va calentando… Siento mi mano muy caliente… etc.”

Si mientras te estás danto esas sugestiones, llegas a sentir calor en tu mano, podrás afirmar con seguridad que estás en estado hipnótico.

  • Hipnosis.

Aquí ya es muy difícil saberlo por parte del hipnotizado. Puedes creer que estás completamente despierto, y sin saberlo, estas en el estado Z1 (Ese en el que se aceptan sugestiones positivas y afirmativas; y el sujeto cree estar completamente despierto). O en el caso de que hayas entrado en Z2, ni tan siquiera serás consciente de que estás en ese estado. Simplemente cuando despiertes, si el hipnotizador te dice que lo recuerdes todo, lo recordarás; pero mientras estés en el estado Z2, no serás consciente del mismo. Además de que no es muy recomendable intentar saber cuando uno mismo está hipnotizado, puesto que esto impedirá una hipnosis satisfactoria.

Hay que estar atentos a lo que nos vaya diciendo el hipnotizador. Si estamos más atentos a si estamos hipnotizados o no, la hipnosis no funcionará.

*Técnica de regresión.

Esta es la técnica que publicó “mandrops” en el foro de la Web. Esta técnica es la del Dr. Brian Weiss y consiste en una técnica de hipnosis basada principalmente en la relajación progresiva del cuerpo.

Técnica regresión

Esto es las sugestiones que debe de dar el hipnotizador.


-Voy a contarte lo que vamos a hacer:

El objetivo es que estés muy cómoda y vas a conseguirlo con los ojos cerrados. Lo único que tienes que hacer es seguir las instrucciones. ¿Está claro?


-Muy bien. Hay sistemas más rápidos, pero quiero que también experimentes el procedimiento de relajación. Deja que los ojos se te vayan cerrando poco a poco y mantenlos cerrados durante toda la sesión. Concentra te primero en la respiración. Es un sistema muy antiguo de interiorización, hay quien lo llama la respiración yoga.


La respiración es muy importante. Imagínate, y hoy no dudes cuando tengas que utilizar la imaginación, que al espirar expulsas de verdad la tensión y el estrés del cuerpo y al inspirar recoges la hermosa energía que te rodea... Espiras estrés y tensión e inspiras una hermosa energía. Esto te ayudará a profundizar cada vez más con cada respiración. Podrás concentrarte en mi voz y dejar que también ella te lleve a un lugar más profundo. Y que los ruidos de fondo y las demás distracciones sirvan para hacer aún más profundo tu nivel. No van a interferir. Hoy vas a poder llegar a un nivel lo bastante profundo como para tener experiencias maravillosas.


-Ya hemos dicho que es muy sano, para el cuerpo y para la mente, poder relajarse, desprenderse de la tensión y del estrés, dejar que el cuerpo, sencillamente, se afloje.

Muy bien. Ahora la respiración es muy, muy cómoda... Espiras estrés e inspiras una hermosa energía. Mientras, relaja todos los músculos. Se te va a dar muy bien, porque estás muy en contacto con tu cuerpo, algo de lo que algunas personas carecen totalmente. Ponte todo lo cómodo que puedas. Muévete siempre que quieras. Si te notas alguna parte del cuerpo incómoda, muévela hasta que esté lo más cómodo posible. Relaja los músculos de la cara y de la mandíbula; siente cómo se relajan totalmente. Deshazte de toda la tensión y la rigidez de todos esos músculos. Relaja los del cuello, que, queden muy blandos, sueltos. Hay mucha gente con problemas en el cuello o dolores de cabeza porque pone demasiada tensión en el cuello y ni siquiera se da cuenta. Siente cómo se relaja totalmente el cuello. Y los músculos de los hombros, tan blandos y tan distendidos. Deshazte de toda la tensión y de la rigidez. Los músculos de los brazos... ya los tienes muy relajados. Que sólo te aguante el sillón. Bien… Ponte muy, muy cómodo.


-Y ahora los músculos de la espalda, totalmente relajados, tanto la parte de arriba como la de abajo, mientras vas profundizando más y más en ese hermoso estado de paz. A cada respiración profundizas más aún.


Ahora relaja los músculos del estómago y del abdomen, para que la respiración siga sosegada.


Por último, relaja totalmente los músculos de las piernas. Ahora sólo te aguanta el sillón y vas entrando más y más en ese hermoso estado de paz. Bien, muy bien. Vas a concentrarte en mi voz y a dejar que te siga llevando a un estado cada vez más profundo; los ruidos del exterior o las distracciones van a servir también para que ese
nivel sea aún más profundo. De vez en cuando oirás ruidos. No importa. A pesar de ellos puedes llegar a un estado muy profundo.


- Y ahora imagínate una hermosa luz encima de tu cabeza. Puedes elegir el color o los colores. Imagínate que es una luz curativa maravillosa, una luz de hermosa energía, una luz que te sumerge, que te hace descender a un nivel de paz y serenidad cada vez más profundo. También es una luz que te relaja completamente. Es una luz espiritual, conectada a la que hay encima de ti y a tu alrededor. Escoge el color o los colores y permite que entre en tu cuerpo, por la parte superior de la cabeza, y que ilumine el cerebro y la médula espinal... Va fluyendo de arriba abajo como una hermosa ola de luz y pasa por todas y cada una de las células, los tejidos, las fibras y los órganos de tu cuerpo con paz, con amor y poder curativo mientras tú vas descendiendo más y más.


-Vas a concentrarte en mi voz y, sin embargo, vas a descender más y más a medida que la luz te llene el corazón, te lo cure y siga fluyendo hacia abajo. Que sea una luz muy potente, muy fuerte, en cualquier zona en la que la necesites como poder curativo. Al ir descendiendo a un nivel cada vez más profundo, el resto de la luz baja por las piernas hasta llegar a los pies y llena el cuerpo de luminosidad, en este hermoso estado de paz
y relajación. Consigues concentrarte en mi voz. Imagínate ahora que la luz también rodea completamente el exterior de tu cuerpo, como si te envolviera una hermosa burbuja o un capullo de luz. Te protege, cura tu piel, hace que tu nivel descienda aún más. Y ahora voy a contar hacia atrás, del diez al uno, profundiza tanto que la mente ya no esté limitada por las habituales barreras del espacio y el tiempo. Llega hasta un nivel tan profundo que lo recuerdes todo, todas las experiencias que has vivido, en este cuerpo o en cualquier otro que hayas tenido antes, o incluso entre un cuerpo y otro, cuando estabas en estado espiritual. Lo recuerdas todo.


-Diez, nueve, ocho... Vas profundizando más y más al oír cada número... Siete, seis, cinco... Estás en un nivel profundo, tranquilo... Cuatro, tres... Un nivel hermoso de serenidad y paz... Dos... Ahora todo el nerviosismo sale completamente de tu cuerpo... Uno. ¡Muy bien! En este hermoso estado de paz, imagínate que estás bajando por una escalera muy bonita. Bajas, bajas... Desciendes más y más... Bajas y bajas... A
cada paso, el nivel es aún más profundo. Al llegar al pie de la escalera te encuentras ante ti con un jardín muy bonito, un jardín de paz y seguridad, de serenidad y amor. Un jardín maravilloso. Entra en ese jardín y busca un sitio para descansar. Tu cuerpo, aún lleno de luz y rodeado de luz, sigue curándose, relajándose, recuperándose, rejuveneciendo.


Los niveles más profundos de tu mente pueden abrirse y lo recuerdas todo.
Para demostrártelo podemos empezar a retroceder en el tiempo, primero un poco y luego cada vez más y más.


-Dentro de unos instantes voy a contar hacia atrás, del cinco al uno. Deja que te venga un recuerdo de la infancia. Si quieres que sea un recuerdo agradable, muy bien, pero también puede ser un recuerdo que te enseñe algo o que tenga algún valor que te ayude a sentir más alegría, paz o felicidad en tu vida actual.


Recuerda plenamente, con sentimientos, con sensaciones, utilizando todos los sentidos. Si en cualquier momento te sientes incómodo, siempre puedes distanciarte y flotar por encima de la escena del recuerdo.


Puedes flotar y observar desde lejos. Pero si no estás incómodo, quédate con el recuerdo y evócalo vívidamente. Podrás hablar y, sin embargo, permanecer en un nivel muy, muy profundo y continuar la experiencia. Ahora, mientras cuento hacia atrás, que el recuerdo se vaya definiendo con todo detalle; utiliza todos los sentidos.


Un recuerdo de la infancia. Cinco, Cuatro... Lo recuerdas todo... Tres... Se va definiendo... Dos... Ya lo ves todo... Uno. ¡Estás dentro del recuerdo! Durante unos instantes, vuelve a experimentado, recuérdalo. Puedes hablar y contarme lo que experimentas, pero seguirás en un nivel muy, muy profundo, continuarás con la experiencia. ¿Qué recuerdas? ¿Qué te viene?

Fin del capítulo 15

¡Esto es todo amigos! Ahora que tengo muchísimo tiempo libre, se me ha ocurrido que antes de empezar a escribir el capítulo número 16, voy a poner los capítulos de curso en formato Web, para que así se puedan consultar directamente. ¡Muchas gracias a todos por vuestra confianza y ayuda desinteresada cuando os la pedí!