viernes, 15 de enero de 2010

Hipnosis Capítulo 10

Curso de Hipnosis. Capítulo 10

Introducción:

Ya estamos de vacaciones! Espero que la espera haya merecido la pena! Aquí tienes la décima parte de este curso de hipnosis. Espero que te resulte interesante! (Perdona si tardo bastante en contestar a los emails. Sois muchos e intento contestar a todos.)

En este nuevo capítulo vamos a comenzar con otra prueba de sugestión llamada: La prueba del imán.

Después continuaremos con un nuevo apartado dedicado a los métodos de profundización. (veremos como podemos profundizar el estado de hipnosis en el que se encuentra el sujeto.)

Luego veremos otro método para hipnotizar llamado método del reloj de pulsera.

En el apartado de autohipnosis veremos uno de los métodos en los que se necesita la ayuda de un hipnotizador. (Estos son los métodos que mejor y mas rápido obtienen resultados.)

También estrenamos un nuevo apartado en el que hablaremos de algunas de las aplicaciones más curiosas que tiene la hipnosis. En este capítulo veremos como podemos aplicar la hipnosis en el campo del entretenimiento.

Y para terminar, dedicaré una sección en la que responderé a unas cuantas preguntas curiosas que me enviáis.

Y sin más dilación... Comenzamos...

*Prueba de sugestión:

Prueba del “imán”

Esta prueba fue elaborada en 1955 por el Dr. Boule, de Leningrado. De pie, frente al hipnotizador, el sujeto sostiene en una mano un péndulo o un hilo rígido al que se le ha atado un peso. El hipnotizador, por su parte, está provisto de un imán ficticio, en forma de herradura, que puede pasar por un imán real. El hipnotizador dice:

El péndulo que sostienes va a seguir los movimientos que yo dibuje con este imán. Míralo fijamente. En cuanto adelante el imán, el péndulo irá hacia atrás. Tan pronto como el imán retroceda, el péndulo lo seguirá.”

El hipnotizador acerca y aleja el falso imán y sugiere:

“El péndulo va a comenzar a oscilar. No vas a poder evitarlo, el péndulo va a seguir los movimientos del imán. Es imposible que el péndulo permanezca inmóvil. Ya está, casi imperceptiblemente el péndulo empieza a oscilar. El péndulo se mueve. Se empieza a mover con más fuerza. Su vaivén se hace más definido... Su vaivén se hace cada vez más marcado. El péndulo oscila cada vez más.”

Es obvio que la experiencia habrá dado resultado si el paciente, sin darse cuenta, imprime al péndulo un movimiento que corresponde exactamente al del falso imán manipulado por el hipnotizador.

*Métodos de profundización:

Se supone que antes de realizar cualquier método de profundización, el sujeto debe de estar al menos sumido en el estado Z1 o Z2. (Es decir, que responda correctamente a sugestiones del tipo: “Tu puño está tan cerrado que no eres capaz de abrirlo...”)

Método de profundización pasiva

El método consiste en ir alternando periodos de sugestión con periodos de silencio, que puede variar entre unos segundos y algunos minutos, durante el cual, se supone que el sujeto profundiza su estado de hipnosis por sí solo. Conviene siempre prevenir al sujeto diciéndole que se le dejara de hablar mientras él continúa durmiendo profundamente. (Para que todo esto no le venga de forma inesperada.)

De cuando en cuando el hipnotizador le hará respirar, cada vez más profundamente, añadiendo que a cada nueva inspiración aumentará la sensación de sueño. Pueden establecerse gestos con el paciente, como, por ejemplo, tocarle la mano o el hombro, diciéndole que en ese momento se sumergirá en un sueño profundo y no oirá sonido ni ruido hasta que no se le toque nuevamente. Tales periodos no deben, sin embargo, alargarse demasiado (no superar los diez minutos cada vez), ya que, de lo contrario, hay peligro de que el sujeto pase del estado de hipnosis al sueño normal.

Método de profundización activa

Esta profundización la vamos a lograr haciéndole creer al sujeto que no controla su cuerpo. El desarrollo es el siguiente:

Se consigue de la forma acostumbrada. Primero con sugestiones de relajamiento y paz física y mental; luego con orden de concentrarse en las palabras del hipnotizador:

"Voy a acariciarte el brazo. Poco a poco notarás que pesa, que se vuelve cada vez más pesado, hasta tal punto que no eres capaz de moverlo. Contaré del uno al cinco, y cuando diga cinco, el brazo pesará tanto que de ninguna manera podrás levantarlo."

El hipnotizador cuenta lentamente, infundiendo sugestiones de pesadez. Llegado al cinco, levantará el brazo del sujeto dejándolo caer otra vez; si es incapaz de sostenerlo, significa que se encuentra en trance y que se puede proceder a una última profundización de este estado. Si se resiste y mantiene el brazo elevado, hay que empezar otra vez desde el principio, insistiendo en que en la segunda prueba sentirá el brazo mucho más pesado que en la primera.

Para conseguir la rigidez cataléptica, el hipnotizador eleva el brazo del sujeto colocándolo horizontalmente a la altura del hombro, y después de haberlo estirado ligeramente tres o cuatro veces, dice:

"Habrás notado que tu brazo se ha vuelto muy pesado, como el plomo. Se volverá de acero y duro como una piedra. Mientras yo lo acaricio, verás como esto se verifica, el brazo se hará rígido, los músculos se contraerán y se endurecerán."

El hipnotizador prosigue acariciando el brazo arriba y abajo, hasta que advierte que los músculos están rígidos efectivamente. Entonces continúa: "Mira, tu brazo está tan duro que es imposible doblarlo. Estoy probando, pero no lo consigo. Prueba tú también: ¿Ves? No se dobla".

Si también esta prueba es positiva, se añade:

"Ahora relájate completamente, relaja los músculos del brazo. El brazo ya no está duro, ya no es rígido, ni tampoco pesado. Todo es normal. Si yo quiero doblarlo, se dobla."

Y prosigue:

"¿Has visto como el brazo se puede doblar? Relaja todo el cuerpo y duerme profundamente, más profundamente que antes."

"Ahora duerme profundamente, cada vez más profundamente."

Método de la confusión, o de Erickson para llegar a trance profundo

Este método es uno de los más fáciles con muy buenos resultados. Se basa en intentar confundir al sujeto mientras este realiza una tarea. Ante esa situación de confusión, cuando se le ordene que duerma, el sujeto no rechazará esa idea y dormirá. Vamos a poner por ejemplo, el planteamiento de Lecron, por ser uno de los más fáciles:

Comenzamos por ordenarle al sujeto que comience a contar desde cien hasta cero lentamente. (Habrá que decirle en la misma sugestión, que podrá mover la boca y hablar sin despertar)

Una vez que ha comenzado, tienes que darle sugestiones acerca de la pesadez de su brazo derecho. Diciéndole que su brazo derecho se hace muy ligero, tan ligero que comienza a subir hacia arriba. Un minuto después, dale órdenes acerca de que su brazo izquierdo se hace muy ligero. (¿Pero no era el derecho? Ahí está la cosa. Tienes que hacer que le asalten muchas dudas.) Al cabo de un rato, le dices que sus dos brazos se hacen muy pesados y que no los puede levantar, porque su brazo derecho comienza a subir. ¿Sabes a que me refiero? En dar órdenes que no tienen sentido, para que la cuenta atrás le sea más difícil.

Después de un rato, darle la siguiente sugestión: “Escúchame atentamente! Antes de que cuentes veinte números más, te equivocarás en tu cuenta. Te resultará muy difícil contar hacia atrás. Será entonces, cuando solo querrás dormir.”

Repetir más sugestiones del mismo tipo hasta que notes que al sujeto le está costando verdaderamente contar hacia atrás. Será entonces cuando le des la sugestión: “Deja de contar ya y duerme!

Método de la risa

Otro método de profundización es hacer que el sujeto se imagine una escena que haga risa. Por ejemplo: Hacer que el sujeto se imagine que está en una boda. Cuando llega la tarta. Ve como el que la llevaba tropieza y se la hecha encima a la novia.

Hacer que el sujeto se ría es una forma de profundizar el estado hipnótico.

*Técnica de hipnosis:

Método del reloj de pulsera

Aviso: Mucho cuidado con la parte en la que el sujeto tiene que imaginarse un león. Si el sujeto tiene fobia a los leones, las reacciones son ilimitadas. (Siempre puedes cambiar esa escena por otra. Lo que tienes que hacer es que el sujeto se ría.)

El sujeto permanece de pie, con los pies juntos y los brazos a lo largo del cuerpo, mientras el hipnotizador le dice:

Cierra los ojos. Y ahora escúchame. Piensa en un reloj de pulsera. Sigue con el pensamiento la aguja que marca los segundos. Piensa en la pequeña aguja que gira, la pequeña aguja que avanza en redondo... que avanza suave y regularmente.”

El hipnotizador observa al sujeto durante unos minutos para determinar su grado de sugestión y, a menos que la persona lo haga por propia iniciativa, le invita a describir círculos con la cabeza imitando el movimiento de la aguja, a la vez que continúa diciéndole:

Voy a contar hasta tres, y cuando diga tres te sentirás completamente relajado y empezarás a moverte. Desde ahora, vas a empezar a moverte solo, exactamente igual que la aguja del reloj. Ya empiezas a seguir el movimiento de la aguja. A medida que respiras, ese movimiento se afianza. No obstante tus piernas permanecen sólidas, inmóviles, sólo se mueve el resto de tu cuerpo. La aguja gira. Te mueves por ti mismo. Uno... Dos... Tres... Te mueves, te mueves...”

Cuando se manifiesta la reacción del sujeto, el hipnotizador sigue diciendo:

Dentro de poco tu mano izquierda se va a levantar. Cuando yo diga tres, tu mano izquierda se va a levantar. Tu mano izquierda comienza ya a levantarse...”

El hipnotizador adelanta ligeramente las manos en dirección al sujeto y afirma:

La fuerza que se desprende de mis manos hace que tu mano izquierda se levante, sientes la atracción que está ejerciendo. Uno... dos... tres... Tu mano izquierda se levanta.”

Cuando la mano se levanta (a veces hay que insistir) el hipnotizador prosigue:

Dentro de un momento la rigidez se va a apoderar de todo tu brazo izquierdo. Tu brazo izquierdo se va a poner rígido. Cuando yo diga tres estará completamente rígido. Tu brazo comienza ya a ponerse rígido. Uno.. dos... tres... Tu brazo izquierdo está rígido.”

El hipnotizador mueve ligeramente el brazo del sujeto y, si efectivamente está rígido, continúa: (Si no lo está, seguir dando sugestiones de rigidez hasta que se produzca el efecto deseado.)

Tu brazo izquierdo está muy rígido. Te resulta imposible doblarlo. Cojo tu brazo y resulta imposible doblarlo. Nadie puede doblarlo... Intenta doblarlo. No lo consigues. Es imposible doblarlo. Ahora, imagina que estás dentro de una jaula de leones. Estas en una jaula de leones y no tienes miedo; al contrario, te ríes. Un león se te acerca, pero tu te ríes.”

Cuando se haya provocado la risa, el hipnotizador pasa a otra sugestión:

Dentro de un momento podrás doblar el brazo, pero tus pies no podrás moverse, es como si estuvieran clavados en el suelo. Voy a contar hasta tres, y cuando diga tres tus pies estarán adheridos al suelo, será imposible moverlos. Uno... dos... tres...”

El hipnotizador deja el brazo del sujeto extendido a lo largo de su cuerpo, y después dice:

Tienes la impresión de que tus pies están clavados en el suelo. Te resulta imposible caminar. Te resulta imposible avanzar o retroceder. Es inútil que hagas esfuerzos, tus pies no se mueven. Eres consciente de lo que está pasando, te esfuerzas, pero no puedes caminar.”

Si es necesario, el hipnotizador debe repetir la sugestión antes de abordar la penúltima fase de la hipnosis:

Te resulta agradable oír mis palabras. Apruebas todo lo que yo te digo. Dentro de un momento tu cuerpo se va a poner rígido. Pronto tu cuerpo se pondrá duro, duro, duro, duro como una piedra. Cuando yo diga tres, tu cuerpo estará tan duro como una piedra. Uno... dos... tres... Todo tu cuerpo está duro, duro como una piedra. Tan duro que no puedes permanecer como estás, tienes ganas de acostarte. Tu cuerpo está duro, pesado, pesado, pesado, tienes que acostarte.”

El hipnotizador sostiene al sujeto y le ayuda a tenderse en el sofá, después continúa:

Sientes tu cuerpo duro y pesado, pero eso cambiará. Cuando yo diga tres tu cuerpo se ablandará. Cuando yo diga tres desaparecerán de inmediato la rigidez y la pesadez. La rigidez y la pesadez desaparecerán, tu cuerpo se ablandará. Uno... dos... tres... Ya está, la rigidez y la pesadez han desaparecido. Tu cuerpo es flexible. Flexible y ligero. Respiras tranquilamente. Tu respiración es tranquila y regular. Tu cuerpo es flexible y ligero, cada vez más flexible y ligero. Hasta tal punto que, cuando yo diga tres, tendrás la impresión de que tu cuerpo se echa a volar. Cuando yo diga tres tu cuerpo, que sientes increíblemente flexible y ligero, volará. Uno... dos... tres... Tu cuerpo, flexible y ligero, vuela. Flotas en el aire. Tu cuerpo es tan liviano que flotas en el aire como una pluma, flotas en el aire como una pluma. Es agradable flotar en el aire. Dulce, descansado... Disfrutas de la extrema liviandad que se apodera de tu cuerpo. Te sientes relajado, cada vez más relajado. Estás dormido. Duerme... quiero que duermas...”

(Ahora deberías de aplicar cualquier técnica de profundización.)

*Autohipnosis:

En el capítulo anterior vimos una técnica de autohipnosis en la que no hacía falta la presencia de un hipnotizador. Este tipo de técnicas son muy difíciles de dominar porque requieren mucha práctica. Por eso, en este capítulo me gustaría mostraros una técnica de hipnosis, en la que se necesita un hipnotizador, desarrollada por el Dr. Guyonnaud en la que se le dice al sujeto que siempre que piense en una cierta palabra, entre en autohipnosis automáticamente. Vamos a verla:

1) El hipnotizador dice lo siguiente:

“Te garantizo que lograrás autohipnotizarte, y para ello me comprometo a guiarte en un entrenamiento que te satisfará plenamente. Pero es indispensable que te atengas a mis consignas.”

“Para empezar, debo señalar que no se te exige ningún esfuerzo especial para familiarizarte con la técnica que te voy a enseñar. Lo único necesario es que consigas concentrarte, aunque sólo sea durante una fracción de segundo. Una vez logrado esto, yo intervendré para ayudarte a alcanzar un estado particular, que te beneficiará extraordinariamente.”

“Quiero que sepas también que, para que llegues más fácilmente a la autohipnosis, recurriré, si fuera necesario, a algunos medios que ya han sido debidamente probados y que son absolutamente inofensivos...”

“Solo me resta agregar lo siguiente: durante la sesión, en un momento dado, experimentarás un placer real en el acto de tragar. Con esto quedará probado el éxito de la experiencia, y podrás concluir que te encuentras en un profundo estado de autohipnosis...”

2) Se invita al sujeto a adoptar una postura confortable, cómodamente sentado en un sillón o tumbado en una cama, y aflojar todos sus músculos.

3) Después de constatar que el sujeto se encuentra suficientemente relajado, el hipnotizador retoma la palabra:

“Cierra los ojos... Centra tu atención en tu saliva... Pronto tendrás ganas de tragar... En el momento en que lo hagas, estarás en estado de autohipnosis... Sigue centrando tu atención en la saliva... Dentro de poco, nada te impedirá tragarla... Tienes ganas, muchas ganas de tragarla... Voy a contar hasta quince... Cuando yo diga tendrás tantas ganas de tragar que lo vas a hacer enseguida, de una manera automática... Puede ser también que tengas ganas de tragar antes de que llegue a . De cualquier forma, eso significará que estás en estado de autohipnosis... Pronto sentirás cómo produces saliva y cómo la tragas... Esto indicará que estás a punto de alcanzar el objetivo... En cuanto tragues, quedará demostrado que has alcanzado la autohipnosis, el principio de tu nueva orientación... En cuanto comiences a salivar, a tragar, todo va a cambiar para ti... será imposible que te pongas nervioso... desaparecerá cualquier señal de fatiga, de estrés... Te encontrarás en estado de autohipnosis... Y cuanto más salives y más tragues, más profundo y agradable será tu estado de autohipnosis.”

4) Lentamente, el hipnotizador cuenta hasta quince, y, entre cada número, repite la sugestión: “Tienes cada vez más ganas de tragar... Te acercas cada vez más a la autohipnosis...”.

5) Cuando haya terminado de contar, el hipnotizador felicita al paciente si éste ha tragado, y si no, aparenta ignorar que no lo ha hecho.

6) Haya o no tragado el sujeto, el hipnotizador continúa sugestionando:

“Imagínate que tu cuerpo es blando como si fuera de goma... Quiero que pienses en la siguiente frase: ... Con los ojos cerrados, centra toda tu atención sobre la imagen mental de un muñeco de goma, muy blando... y piensa en: . Entonces te sentirás blando... Si esto sucede, es porque tu autohipnosis aumenta... Cada ejercicio hace mas profunda tu autohipnosis.”

“Te hayas en estado de autohipnosis, te encuentras en una situación agradable, muy agradable...”

“Te espera una grata sorpresa... Dentro de unos instantes posaré mi mano sobre tu frente y eso hará que entres en un estado de autohipnosis todavía más profundo... Te sientes bien... muy bien...”

7) El hipnotizador apoya la mano sobre la frente del sujeto y afirma:

“A partir de ahora, tu estado de autohipnosis es mayor... Puedes sentirlo... relájate...”

8) El hipnotizador pasa a la sugestión de la levitación del brazo:

“Dentro de poco vas a sentir tu brazo derecho muy liviano, cada vez más liviano... Mientras yo te hablo, tu brazo seguirá aligerándose... A medida que el tiempo vaya pasando, sentirás tu brazo más y más liviano... Tan ligero como una pluma... Imagina que tienes globos atados a tu muñeca...”

9) Suavemente, el hipnotizador toca la muñeca derecha del sujeto y continúa:

“Si, globos azules, globos rosados, globos rojos, globos amarillos y globos verdes atados a tu muñeca... Una multitud de hermosos globos... y que dentro de muy poco, se echarán a volar... Dentro de poco, los globos atados a tu muñeca levantarán tu brazo derecho... Tirados por los globos, tu mano derecha y después el brazo derecho van a empezar a ascender, lentamente... Tu brazo será liviano como los globos, ligero como el aire que tienen dentro... Ya está, los globos se elevan... Azules, rojos, verdes, amarillos, los globos arrastran tu brazo derecho hacia arriba... Tu brazo sube... Los globos suben, suben... siguen subiendo... suben más todavía... Los globos se elevan... alto... siempre más alto... tu brazo derecho es liviano... liviano... liviano... Tu brazo es ligero como un globo,... como el aire... Se eleva con los globos... sube... sube... ahora notas la extraordinaria liviandad de tu brazo... Los globos vuelan... vuelan... Arrastran tu brazo... te arrastran a ti... Hasta tienes la impresión de flotar... Te sientes liberado... liviano... feliz...”

10) Si es necesario, el hipnotizador repite la sugestión sobre los globos que arrastran el brazo hacia arriba e incluso puede coger el brazo del sujeto y elevarlo él mismo. Entonces continúa:

“Ahora tu brazo derecho se va a doblar... Muy suavemente, tu brazo se va a doblar... Tu brazo va a descender... descender, hasta que pueda tocar la frente con la mano... Y, cuando la mano toque la frente, te adentrarás en un estado de autohipnosis cien veces más profundo que el actual... Tu brazo baja... baja... Tu mano se aproxima a tu frente... Tu mano se aproxima a tu frente cada vez más... Dentro de un instante tu mano tocará tu frente...”

11) Seguir dando sugestiones del mismo tipo hasta que eso suceda, entonces, hay que apresurarse a felicitar al sujeto por la ejecución correcta de la sugestión, antes de proseguir:

“... Ahora que la mano derecha descansa sobre tu frente, tu estado de autohipnosis es cien veces más profundo que hace unos instantes... Pero puedes sumergirte aún más... Ahora voy a coger tu brazo, muy suavemente, y lo voy a posar sobre el sillón... Y cuando tu brazo se encuentre sobre el sillón, tu estado de autohipnosis será todavía más profundo...”

12) Delicadamente, el hipnotizador coge el brazo derecho del sujeto y lo apoya sobre el sillón mientras explica:

“Apoyando tu brazo sobre el sillón consigo hacer más profundo tu estado de autohipnosis... lo que te permite sentirte todavía más relajado, aún más dispuesto a relajarte todavía más... Además, mientras tu brazo esté extendido junto a tu cuerpo, disfrutas de un estado hipnótico suficientemente profundo como para que podamos apelar a tu subconsciente con éxito... Si, a partir de ahora, bastará con que repitas mentalmente cinco veces seguidas la frase: , para que recuperes de inmediato el estado de autohipnosis... El brazo derecho es tan liviano como el aire... El brazo derecho es tan liviano como el aire... ¡Vamos! Aprende a alcanzar el estado de autohipnosis... Repite cinco veces, mentalmente: .”

13) Después de haber dado tiempo al sujeto para cumplir la instrucción, se continúa:

“Tu brazo derecho es tan liviano como el aire y tu estás en estado de autohipnosis, liberado de las tensiones que te paralizan... Cuanto más ligero notas tu brazo, más relajado te sientes... Y, ahora, puedes constatar la relación directa que se ha establecido entre tú y tu subconsciente... Es sencillo: basta con que repitas , e inmediatamente tu subconsciente te hará sentir tu brazo tan liviano como el aire... Puedes constatar que funciona... y ya estás en condiciones de alcanzar el estado de autohipnosis sin la menor dificultad... Ya puedes conseguir lo que querías... Ahora, yo mismo voy a alertar tu subconsciente para que pueda servirte de ayuda en cualquier circunstancia... Al pronunciar tu nombre y apellido (hacerlo, el hipnotizador pronuncia el nombre y apellido del sujeto) me dirijo a tu subconsciente y consigo que esté en disposición de ayudarte en cualquier momento, permitiendo así que te relajes, que te transformes en un individuo nuevo, sano, equilibrado, confiado, valiente, resuelto. (En este punto, estas palabras dependerán de las exigencias del sujeto)... Te lo aseguro, gracias a tu iniciación en la práctica de la autohipnosis, lograras desencadenar un reflejo condicionado de relajación automático en cualquier circunstancia, aun en las situaciones más estresantes... Cuando digas cinco veces mentalmente la frase te encontrarás, sin falta, en un estado de autohipnosis.”

14) Se aconseja un descanso de uno o dos minutos antes de abordar la sugestión del descenso de una escalera (o subida, si el sujeto lo prefiere). Se dirá:

“Imagina que estás en lo alto de una escalera de cincuenta peldaños... Debes bajar esa escalera y, a cada peldaño, tu autohipnosis se hará aún más profunda... Vamos, comienza a descender... Desciendes el primer peldaño, te encuentras entonces en tu nivel número uno, y piensas: . Ahora, el segundo peldaño, siempre diciéndote mentalmente: .”

El hipnotizador prosigue asistiendo de esa manera al sujeto hasta que alcanza la parte baja de la escalera, nivel en que la sugestión alcanza la autohipnosis y la relajación más profundas.

15) Una vez terminada la fase de descenso de la escalera, ha llegado el momento de programar una de las etapas más importantes de los numerosos procedimientos hipnóticos: la sugestión post-hipnótica. Se dice lo siguiente:

“Ahora que has alcanzado la relajación total, ahora que te encuentras en el estado de autohipnosis más profundo posible, puedo proporcionarte la palabra clave... Esta palabra clave te permitirá entrar en autohipnosis o bien, si ya estás en ese estado, hacerlo más profundo... Te bastará repetir mentalmente tres veces seguidas la palabra clave que te voy a revelar para adentrarte de inmediato en el estado de autohipnosis; si ya estás en él, gracias a esa palabra alcanzarás un estado aún más profundo... Tu palabra clave, o si prefieres, tu código es . Para hacer más profunda tu autohipnosis digo ... ... ...”

16) Después de haber guardado algunos instantes de silencio, el hipnotizador procede a despertar al sujeto:

“Y ahora hay que volver... Digo y la autohipnosis desaparece... Digo y dentro de poco despertarás... Digo y ya está despierto y totalmente recuperado.”

(Si el sujeto no despierta, insistir en que está despierto y puede abrir los ojos.

Puedes elegir la palabra clave que tú quieras.)

Como has podido observar, este método se basa en aplicar una técnica de hipnosis y después darle tal sujeto una sugestión posthipnótica para que entre en el mismo estado por su propia cuenta. (Este estado no será igual de profundo, el sujeto permanecerá consciente, pero se encontrará igual de relajado como si estuviera en uno muy profundo. Dentro de este estado, todas las sugestiones que el sujeto se de para él mismo, su subconsciente las hará efectivas rápidamente.)

Este método resulta útil para enseñar al sujeto a relajarse, aumentar la concentración en los estudios, etc.

*Aplicaciones de la hipnosis:

En este capítulo vamos a ver una de las muchas aplicaciones de la hipnosis al entretenimiento. Esta en especial me gusta mucho porque la he inventado yo mismo.

Cuando habéis ido al cine... ¿Nunca se os ha pasado por la cabeza el deseo de poder tener una aventura parecida?

Pues con la hipnosis esto es posible, como vimos en el capítulo 7. El sentir que estás en el lugar que te esté describiendo el hipnotizador. Puedes apreciar todos los detalles de ese lugar, sentir la temperatura del aire, los sonidos y todo lo que te sugiera el hipnotizador. (La hipnosis hace que sientas que estás ahí de verdad.)

Todo esto es perfecto: El vivir como protagonista una película es una sensación que no hay palabras para describirla. Es al despertar y recordar todo lo que ha pasado como si uno mismo lo hubiera vivido, como si hubiera estado allí, cuando te das cuenta de lo poderosa que es la mente...

(Aquí viene mi idea)

Ahora imagínate que tú estas dentro de esa historia y que tú puedes decidir en cada momento que es lo que quieres hacer, a donde quieres ir, y que quieres decir. (Todo esto exige que el hipnotizador tenga una imaginación enorme a la hora de describir los escenarios, a la hora de narrar la historia. Puesto que esta cambiará dependiendo de lo que quiera hacer el protagonista.)

Esto no es todo: Ahora imagínate que puedes vivir esa historia con más personas. Con las que puedes hablar en cada momento, como si en realidad estuvieseis dentro de la dimensión que os describe el hipnotizador.

¿Qué te parece el poder adentrarte dentro de cualquier universo imaginario (vivido como real) con tus amigos, en el que os veis envueltos en problemas e intentáis salir de ellos, siendo en cada momento los “jugadores” responsables de la dirección de la historia?

¿Crees que esto se pueda hacer? Hace dos meses comprobé que mi idea no era tan descabellada. Durante una hora y media, cuatro personas se adentraron en la edad media dispuestos a resolver un conflicto entre dos reinos. Pasaron por trampas, conjuros mágicos, un romance con una princesa, los jugadores se tuvieron que dividir en dos grupos en busca de una piedra mágica. (Cuando uno hablaba, solo le podía escuchar el otro jugador que estuviera al lado dentro del juego.)

El desarrollo de esto es bastante complicado, pero cuando terminó la historia y desperté a los “jugadores”. Estos no tenían palabras para describirlo. Decían que era increíble, que ellos estaban dentro de ese mundo, como si estuviesen viviendo allí de verdad, que todo lo que pasaba era real, que ellos tenían completa libertad para hacer lo que querían ahí dentro. Resumiendo: Querían repetir la experiencia otra vez.

Resumiendo: Ni el mejor videojuego del mercado te hará vivir una experiencia tan real como la puedes vivir de esta forma. (Y sin peligro.)

Cosas a tener en cuenta: (Para que os hagáis una idea de lo complicado que es.)

- La típica entrevista para detectar posibles traumas. (IMPORTANTE)

- Hay que preparar a los jugadores de que todos los daños que sufran no serán reales. (Para evitar que despierten a mitad del juego.)

- También que todo lo que pasa no es real, por muy real que lo parezca.

- Hay que prepararlos para que puedan pensar y hablar cuado quieran. Esto es bastante complicado, puesto que cuando el sujeto está en estado de hipnosis solo se limita a escuchar órdenes y actuar de acuerdo con estas.

- Hay que controlar en cada momento quién escucha a quien dentro del juego.

- Y unas cuantas cosas más...

Creo que esta forma de entretenimiento puede gustarle a mucha gente. Y tú... ¿Qué opinas?

Respuestas a vuestras preguntas.

Si el sujeto hace algún movimiento que el hipnotizador no le ha ordenado. ¿Puede estar en estado Z2?

No. Una persona que está en estado Z2 no hace ningún movimiento que el hipnotizador no le haya ordenado. También puede darse el caso de que el sujeto haga un movimiento y esté en Z2. Pero lo más general es que no lo esté. Por eso habrá que aplicarle algún método de profundización.

El otro día vi en televisión un hipnotizador que hipnotizó a una persona sin decirle nada, solo chasqueando los dedos. ¿Eso es posible?¿Se puede hipnotizar a alguien sin darle sugestiones?

Existen unas sustancias que se le introducen al sujeto y este entra automáticamente en estado de hipnosis (De ahí que todo el mundo es hipnotizable). Pero seguramente no te refieres a esto. En el caso que comentas, se pueden dar dos casos:

a) Que el hipnotizador hubiera hipnotizado al sujeto antes de hacer esa hipnosis en televisión y le hubiera dejado una sugestión posthipnótica. (Cuando chasquee los dedos, tus ojos se cerrarán y entrarás automáticamente en un estado de hipnosis más profundo que en el que estás ahora.) Esa sería la sugestión que se da en ese caso.

b) Si piensas un poco, sí hay una sugestión. ¿Qué pensará tu inconsciente al ver a una persona que hace de hipnotizador, con pinta muy seria y que parece que sabe muy bien lo que hace? ¿Qué interpretas qué querrá decir que el hipnotizador chasquee los dedos? (Se supone que así le está ordenando que duerma.) A todo esto se le llama presugestiones. (Son igual de válidas que las sugestiones de voz.) (Aunque yo opino que un hipnotizador que elige una persona al azar, sin ver el tono de voz que mejor se adapta al sujeto, ni qué tipo de técnica de hipnosis se le adecua más, ni lo más importante, la entrevista para evitar posibles problemas, no es un buen hipnotizador.)

Viendo que el hipnotizador conoce todos estos “trucos”. ¿Se le puede hipnotizar a un hipnotizador?

Todos estos trucos son para hacer que la hipnosis se de muchísimo más rápido. Ante una buena técnica que incluya primero una relajación de 35 minutos, mas una técnica de inducción a la hipnosis y unas cuantas técnicas de profundización, cualquiera es hipnotizable. (Hay métodos fisiológicos, químicos, etc para inducir en estado de hipnosis a cualquiera. Por eso todo el mundo es hipnotizable.)

Una cosa curiosa: Puede que una persona sea muy difícil de hipnotizar un día y al día siguiente sea muy fácil. Aunque si le explicas con paciencia al sujeto todo lo que tiene que seguir, le aclaras todas las dudas y mantienes todas las precauciones posibles, casi no habrá nadie que se te resista.

Eso sí, DÉJALE BIEN CLARO AL PRINCIPIO DE LA HIPNOSIS, QUE SI NO DA RESULTADO, ES PORQUE EL SUJETO INCONSCIENTEMENTE NO QUIERE O NO HA SEGUIDO TODO LO DESCRITO POR EL HIPNOTIZADOR. QUE EL HIPNOTIZADOR SOLO SE LIMITA A EXPLICARLE TODO LO QUE TIENE QUE HACER PARA ENTRAR EN ESTADO DE HIPNOSIS (Que no piense: “Es que no me ha podido hipnotizar”. Es preferible que acabe pensando: “Es que no me he concentrado bien”. Esto hará que la siguiente hipnosis sea más fácil.)

Estoy intentando hipnotizar a una persona, fue ella la que me pidió que la hipnotizara. Y no lo consigo. ¿Qué puede estar pasando?

Pueden pasar muchas cosas:

- Que no uses el tono de voz adecuado.

- Que no uses las técnicas adecuadas.

- Que inconscientemente el sujeto no quiera hipnotizarse. (Que haya amigos delante y no quiera que estos la vean hipnotizada. Que no se fíe de lo que le pueda hacer el hipnotizador. Que no tenga claras todas las dudas.)

- Que haya ruido que perturbe la hipnosis.

- O tal vez que no sea el momento adecuado.

Fin del capítulo 10

Como en todos los capítulos, espero que todo te haya resultado muy interesante. Si tienes alguna pregunta o sugerencia, no dudes en hacerla efectiva desde la sección “Comentarios” de mi web. Son muchos los emails que recibo y me gusta contestar a todos. Disculpad si tardo en responder. Hasta luego y muchas gracias por tu interés! (A ver quién se anima a inventar y mandarme nuevas técnicas de hipnosis.)

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