viernes, 15 de enero de 2010

Hipnosis Capítulo 9

Curso de Hipnosis. Capítulo 9

Introducción:

Hola a todo el mundo! Aquí tenéis otro capítulo acerca del curso de hipnosis que comencé hace ya casi un año!!!! (Y como sois muchas personas a las que le interesa el tema, seguiré escribiendo por mucho más tiempo. Puede que tarde más o menos en publicar cada capítulo, pero por ahora, esto no se acaba!)

En este capítulo encontrarás

Una prueba de sugestión: La prueba de la “mano-tenaza”.

Un método de hipnosis con unos resultados de un 99% “El método de la escalera”

Hablaremos de la autohipnosis aplicada a los estudios.

Y para terminar y donde he querido hacer más hincapié: Las regresiones.

No perdamos más el tiempo... Comenzamos...

Prueba de sugestión:

Prueba de la “mano-tenaza”

Para realizar esta prueba, es necesario tener un objeto brillante. (Por eso de la fascinación visual. Recuerdas? (Para que nuestras sugestiones entren más fácil en el subconsciente del sujeto)) Usaremos para este ejemplo un péndulo de cristal. (Tú puedes usar cualquier otro objeto brillante.)

Esta prueba consiste en hacer que el sujeto apriete un objeto pequeño en su puño, y mientras mira el péndulo, le damos sugestiones de que apriete el puño fuertemente, y que al contar hasta tres, mientras siga mirando el péndulo, le resultará imposible abrir el puño.

“Quiero que cierres tu puño fuertemente y que mires a este péndulo. Quiero que aprietes tu puño fuertemente, y verás que a medida que pasa el tiempo, sientes tu puño cada vez mas cerrado... Ahora, cada segundo que pases mirando este péndulo sentirás como tu puño se cierra cada vez más herméticamente, como si se hubiera convertido en plomo. Sientes como tu puño se convierte en acero, ahora tu puño es de hierro. No se puede abrir. Cuando cuente hasta tres, intentarás abrir la mano para soltar el objeto que tienes en tu puño. Enseguida te darás cuenta de que mientras sigas mirando este péndulo, no serás capaz de abrir tu puño, mientras sigas mirándolo, tu puño no se abrirá...”

(Seguir dando sugestiones del mismo tipo. Después de uno o dos minutos...)

“Ahora voy a contar hasta tres. Uno.... Tu puño está completamente cerrado... Dos... Mientras sigas mirando este péndulo, verás como te es imposible abrir tu mano... Tres... Sin dejar de mirar al péndulo, intenta abrir tu puño y verás como te resulta imposible.”

Mientras no pueda abrir su puño, reforzar con sugestiones del tipo:

“Ves? Cuanto más intentas abrir tu puño, más se cierra.... Mientras miras al péndulo, sientes que no eres capaz de abrir tu puño... Te resulta imposible abrir tu mano...”

Dependiendo del tiempo que tarde en conseguir abrir la mano, ese será el grado que tiene para aceptar las sugestiones del hipnotizador. Pero...

ATENCIÓN: Este método resulta muy complicado para alguien que no tenga práctica. Si no te han dado resultado las pruebas fáciles, no intentes con esta, que seguro que no te funcionará. Si te has dado cuenta, este método se basa en la capacidad de sugestión del hipnotizador, de su forma de hablar, su tono, su rapidez a la hora de tomar decisiones sobre qué tipo de sugestiones hay que dar en cada momento, etc. Así que mi consejo es que no lo uses hasta que no hayas puesto en práctica todos los anteriores.

*Técnica de hipnosis:

Método de la escalera

Este procedimiento, tal como lo presento, deriva de los trabajos de Erickson. Joseph Barber, odontólogo norteamericano, lo emplea con un 99% de éxito. Se basa en hacer que el sujeto acepte progresivamente todos los estados de relajación por el que pasa su cuerpo a lo largo de la hipnosis. Una cosa curiosa de este método es que no aparecen por ningún sitio las palabras: dormir, sueño, etc. Lo que hace que esta técnica sea muy efectiva para los sujetos en los que los otros métodos no han funcionado. Quizás inconscientemente creen que al dormirse, no despertarán nunca, o que podrían ser controlados completamente por el hipnotizador, etc. Mientras no nombremos las palabras a las que tiene “miedo”, el sujeto creerá que todo va bien y no rechazará esas sugestiones.

(Esta técnica se desaconseja a personas que tengan problemas respiratorios o de corazón!)

Se empieza diciendo más o menos lo siguiente:

-En este momento usted está relajado, pero quizá te gustaría gozar de una relajación mayor.

Si el sujeto responde afirmativamente, el hipnotizador continúa:

-Voy a indicarte lo que debes hacer. Te resultará muy fácil. Debes saber que nada va a cambiar para ti, no sentirás nada en particular; la única diferencia será que, dentro de un momento, vas a estar más relajado que ahora. Y no vaciles en consultarme si algo te sorprende o te intriga. Para empezar, es imprescindible que te instales en este sillón lo más cómodamente que puedas. Encuentra la posición ideal en la que te sientas verdaderamente a gusto. Ahora me gustaría que comprobaras hasta qué punto puedes mejorar tu relajación inspirando muy profundamente sólo una vez. Inspira profundamente. Perfecto. Sin duda notas una sensación de calor muy agradable en el cuello y los hombros. Para acentuar esa sensación, conviene inspirar profundamente otras cuatro veces, y entre cada una de esas inspiraciones profundas, vas a soplar. Vamos. Ya lo notas, tus hombros están más cómodos y, cuando bajas los párpados, tus ojos disfrutan de una sensación de relajación. Cuando tus párpados tengan tendencia a bajar, respeta esa tendencia, no vaciles en cerrar los ojos. Debes intentar percibir esas sensaciones de relajación en los hombros y en los ojos, fíjate en cómo el aire que sale de tus pulmones aumenta la sensación de relajación, y notar que esa relajación se extiende poco a poco por todo tu cuerpo.

Perfecto. Continúa respirando profunda y regularmente, sintiéndote a gusto, e intenta imaginar una escalera. Me gustaría que imaginaras una escalera, no importa de qué tipo, una escalera con veinte escalones. Imagínate en lo alto de esa escalera. No es necesario que imagines la escalera entera, basta con que evoques una parte de los veinte escalones. ¿Ya está? Perfecto. Te encuentras mentalmente en lo alto de la escalera, y desde el escalón que estás pisando ves algunos otros. Dentro de un momento voy a empezar a contar, con voz clara y fuerte, de uno a veinte. Quizá lo hayas adivinado, se trata de descender mentalmente por la escalera. Cada vez que yo pronuncie una cifra, bajarás un escalón. Debes hacer un esfuerzo por ver claramente ese descenso, notando a la vez cómo aumenta tu relajación. Conforme bajas escalones te sentirás más y más relajado. Cuanto más te aproximes al final de la escalera, más relajado te encontrarás. ¿Estas listo para emprender este descenso imaginario?

Si la respuesta es afirmativa, el hipnotizador prosigue:

-Voy a contar. Uno, un escalón hacia abajo... Dos, bajas el segundo escalón... Tres, tercer escalón. Quizá ya percibas que tu relajación es mayor. Es posible que sientas más relajadas unas partes de tu cuerpo que otras. Puede que los hombros y el cuello están más relajados. O tal vez tengas la impresión de que tus piernas están más relajadas que tus brazos. Esto no tiene ninguna importancia. Sólo una cosa es importante: que te sientas bien y cada vez más relajado...

Cuatro, bajas el cuarto escalón. Y puede que la relajación empiece a notarse en una parte determinada de tu cuerpo. Puede ser que esta relajación profunda invada poco a poco tus ojos, tus mejillas, tu boca, tu mentón. Tal vez descienda hasta tu cuello. Una relajación agradable, profunda...

Cinco, estás en el quinto escalón. Ya has recorrido un cuarto del camino. Has descendido un cuarto de la escalera. Quizá ya empiezas a darte cuenta de que tu relajación aumenta. Te sientes bien, cada vez mejor...

Seis, llegas al sexto escalón. Quizás notes que se desvanecen progresivamente los ruidos que hasta ahora te molestaban o te distraían. Puede ser que notes que lo que todavía puedes oír ya no te molesta, sino que se integra armoniosamente en el universo de relajación que disfrutas en este momento.

Siete, has descendido el séptimo escalón. Perfecto. Posiblemente notarás que esa agradable sensación que produce la relajación se apodera de tus hombros, de tus brazos... No se excluye que sientas una pesadez mayor en un brazo que en otro. Puede que todavía tengas la impresión de que el brazo izquierdo pesa más que el derecho. O puede ser también que sientas más pesado el brazo derecho que el izquierdo. No importa. Lo esencial es que seas cada vez más consciente de esa agradable sensación de relajación que experimentas. Tal vez esta sensación te dé la impresión de pesar más. O quizá al contrario: te sientes más ligero. No tiene ninguna importancia.

Ocho, te encuentras en el octavo escalón. Tal vez notes que, a pesar de la sensación de relajación que te invade poco a poco, tu corazón late más deprisa, con más fuerza... Puede ser que notes también un escozor en los dedos... o que tus párpados pestañeen...

Nueve, desciendes el noveno escalón. Tu respiración es lenta y profunda. Te relajas. Notas que tu cuerpo está cada vez más relajado bajo el efecto de esa sensación que disfrutas...

Diez, desciendes el décimo escalón y te encuentras a mitad de camino del final de la escalera. Puede que en tu mente surja alguna duda; puede que te preguntes a dónde lleva todo esto. Pero, al mismo tiempo, eres consciente de este hecho: sólo importa tu relajación, una relajación sumamente agradable que se apodera de todo tu cuerpo...

Once, ya estás en el undécimo escalón. Probablemente notarás el aumento considerable de tu sensación de pesadez, una pesadez agradable que te relaja cada vez más, que te protege de cualquier trastorno, de cualquier preocupación...

Doce, bajas el duodécimo escalón. Quizá te parece que mi voz resulta más audible. Me oyes mucho mejor, captas más fácilmente cada una de mis palabras. Y, a la vez, te sientes cada vez más relajado, cada vez más protegido de toda preocupación...

Trece, te encuentras en el decimotercero y disfrutas con mayor intensidad de la relajación que se ha apoderado de tu cuerpo...

Catorce, desciendes el decimocuarto escalón. Puede ser que sientas una agradable sensación de hundimiento, como si tu cuerpo se hundiera cada vez más en el sillón. No existen las preocupaciones ni los trastornos. El sillón te sostiene, te envuelve de manera segura, hace nacer en tu cuerpo una agradable sensación de calor, y te sientes perfectamente a gusto.

Quince, llegas al decimoquinto escalón. Has dejado atrás las tres cuartas partes del camino. Tu relajación es profunda, cada vez más profunda. Nada te importuna, no tienes que cumplir con ninguna obligación, puedes gozar completamente de esta relajación...

Dieciséis, has bajado el decimosexto escalón. Tal vez te preguntes qué impresión tendrás cuando llegues al final de la escalera. Pero al mismo tiempo percibes perfectamente la sensación agradable que te causa esta relajación cada vez más profunda, este estado en el que nada te molesta, nada te distrae, nada te inquieta...

Diecisiete, has llegado al decimoséptimo escalón y te acercas cada vez más al final de la escalera. Probablemente tu corazón late con más fuerza. Puede ser que la agradable pesadez de los brazos y las piernas se acentúe. De cualquier forma, eres consciente del hecho de que lo único que importa es la sensación que te está brindando esta experiencia, esta relajación agradable que elimina todo lo que podría molestarte o inquietarte...

Dieciocho, estás en el decimoctavo escalón, muy cerca del final de la escalera, liberado de cualquier preocupación de cualquier problema, y gozando de una relajación extraordinaria, que se va a profundizar. Tu cuerpo pesa, pesa y está relajado. Te sientes a gusto, perfectamente relajado. Ninguna obligación te impide entregarte completamente a la relajación . te encuentras bien, nada te molesta y notas la sensación agradable y tonificante que te aporta tu respiración regular...

Diecinueve, has bajado el decimonoveno escalón, estás muy cerca de la meta. Gozas de una despreocupación total que te permite saborear plenamente la relajación. Te sientes muy bien. Descansado, perfectamente a gusto y al mismo tiempo absolutamente consciente de lo que pasa. ¡Atención!

Veinte, ya está, te encuentras al final de la escalera. Te sientes profundamente relajado. Y esta sensación continúa acentuándose. Con cada inspiración aumenta tu relajación.

Sigues respirando pausada y regularmente, y tu relajación se acentúa a medida que lo haces. Pero nada te impide escuchas atentamente lo que voy a decirte.

(Ahora es aconsejable aplicar un método de profundización o incluso, aplicar cualquier método hipnótico en el que se comience con los ojos cerrados.)

(Para despertar al sujeto, dile que vas a contar de veinte a uno, que seguramente lo habrá adivinado, tiene que ir subiendo la escalera, y al llegar al final, podrá despertarse y se encontrarse muy bien.)

*Autohipnosis:

En este capítulo vamos a ver una técnica de autohipnosis que cualquiera puede hacerla sin ayuda de hipnotizador. Debido a que la mayoría de vosotros os interesa la autohipnosis aplicada a los estudios, he decidido mostraros la siguiente técnica:


La indicación principal de esta técnica es para aumentar la facultad de concentración en víspera de la realización de un intenso trabajo intelectual.

Esta técnica basa su eficacia en un ejercicio respiratorio determinado, y en la relajación que procura su ejecución. Se practica generalmente de pie o sentado.

Desarrollo:

  1. Con los dedos ligeramente separados, apoya la mano derecha sobre el ombligo y mantenla así durante todo el ejercicio.
  2. Apoya el dedo índice izquierdo en la zona central de la frente, mientras presionas con el pulgar izquierdo la aleta nasal izquierda y respiras por la fosa nasal derecha, metiendo el vientre el inspirar y sacándolo al espirar.
  3. Inspira lenta y profundamente y concéntrate en el aire que penetra en tu cuerpo a través de tu fosa nasal derecha (la izquierda permanece apretada por tu pulgar izquierdo).
  4. Cuando termines de inspirar, presiona también la aleta nasal derecha con tu dedo medio izquierdo.
  5. Permanece así un momento, con los pulmones llenos.
  6. Levanta el dedo pulgar y espire lentamente por la fosa nasal izquierda. La otra fosa nasal permanece cerrada.
  7. Permanece unos instantes con los pulmones vacíos.
  8. Inspira por la fosa nasal izquierda.
  9. Terminada la inspiración, presiona tu fosa nasal izquierda; repite las fases 2 a 8 unas diez veces.

Ya se trate de la fosa nasal izquierda o de la fosa nasal derecha, el esquema respiratorio es el mismo: espirar y después inspirar.


Nota: A pesar de que parece un poco complejo, este ejercicio se lleva a cabo en menos de un minuto, y acaba asimilándose perfectamente en muy poco tiempo. Pero, al principio es necesario repetirlo dos o tres veces al día; al cabo de una semana conviene practicarlo a diario por lo menos una vez, al mismo tiempo que se repite: “Me relajo... Me siento cada vez más relajado... Estoy completamente relajado”. Posteriormente, cuando la práctica permita una ejecución automática, basta con emplear la palabra “relajado”, mentalmente o en voz alta.

*Regresiones:

En el capítulo anterior vimos muy por encima el concepto de regresión. En este capítulo vamos a entrar en un poco más de detalle.

Se sabe que todas nuestras ideas se van almacenando en nuestra mente, pero que al cabo de mucho tiempo, van desapareciendo. ¿Por qué? (Es un concepto muy complicado, aunque intentaré explicarlo de una manera sencilla. Disculpad, pero no se puede explicar de una forma fácil.)

Imagina nuestro cerebro como una red “gigante” de neuronas (células nerviosas que transmiten impulsos eléctricos a otras neuronas cuando reciben una estimulación de un tal nivel, es decir, cuando la suma de todas los impulsos eléctricos que recibe llega a un límite.)

Imagina que una neurona tiene muuuuuuchas conexiones entrantes, y muuuuuchas salientes. Y que cada neurona tiene ese nivel límite de estimulación diferente.

Ahora viene lo bueno... Para acceder a una idea o concepto en nuestra mente, imagínate que se activan unas cuantas señales eléctricas en alguna zona de nuestro cerebro. Estas señales eléctricas llegan a neuronas. Entonces, si se logra estimular esa neurona, ésta, transmitirá el impulso eléctrico a las neuronas que tenga conectadas.

Imagínate todo ese entramado como un circuito muy grande. En el que para una determinada entrada, obtenemos una cierta estimulación de salida.

Ahora bien... ¿Como se guarda en nuestro cerebro algo nuevo que hemos aprendido? Pues cambiando los niveles de excitación de ciertas neuronas. (Evitando que la estructura que tenemos varíe lo más mínimo) es decir, cambiar los niveles de excitación de ciertas neuronas para que ante la entrada nueva, obtengamos una salida nueva. (El concepto nuevo aprendido)(Es como “cambiar” toda esa “red de carreteras”, conectar unas con otras.) Y para todas las demás entradas, obtener las salidas que teníamos antes de aprender el nuevo concepto.

Parece que me va a resultar más fácil explicarlo como si nuestro cerebro fuera una red de carreteras. (El símil no es del todo exacto, pero creo que se comprende el concepto más generalmente.)

Imagina nuestro cerebro como una red de carreteras. Si queremos llegar a algún concepto, entramos por la carretera asociada a ese concepto y si la seguimos hasta el final, llegaremos a la idea de ese concepto. Cuando aprendemos algo, nuestro cerebro tiene que cambiar ese entramado para hacer que partiendo de la carretera asociada a ese nuevo concepto, al final lleguemos al final de esa carretera, en la que se encuentra la idea de ese concepto.

De ahí, podemos deducir el porqué olvidamos cosas: Por ejemplo, es imposible modificar la estructura de pesos (modificar todas las rutas de carreteras) muchas veces, sin que se vea afectado ningún recuerdo (sin que ninguna ruta cambie). (A cada cambio, se va perdiendo poco a poco, y llega a ser cada vez más difícil acceder a él.) (Es decir, entramos por la carretera que teníamos asociada a un concepto, y no llegamos a la idea a la que estaba asociada. Todo debido a las modificaciones que se dan para aprender cosas nuevas.)

Entonces... ¿Quieres decir que todo lo que hemos aprendido queda para siempre en nuestra mente? En general, si esa estructura, se ha modificado casi por completo, sería imposible recuperar un recuerdo. Pero... Imagínate, que para acceder a ese recuerdo “olvidado” existiera una vuelta atrás en esa estructura, es decir, que para acceder a ese recuerdo hubiera una reestructura temporal. Accedemos a ese recuerdo y después la dejamos como estaba.

¿Sería capaz la hipnosis de hacer esto? Una cosa sí sabemos: Que con la hipnosis podemos hacer “despertar” recuerdos que conscientemente hemos olvidado.

Hoy por hoy, no se conoce la explicación de cómo mediante hipnosis se pueden despertar recuerdos “dormidos”. Lo que sabemos es que mediante hipnosis eso es posible (aunque no sepamos por qué) (de hecho, todavía no se sabe a ciencia cierta el por qué de la hipnosis!!!!) (Tiene gracia, se sabe usar, pero no se sabe el por qué se produce. XDDD)

Espero que esta explicación bastante resumida no te haya confundido, de todas formas, no es importante, puesto que no se sabe si en realidad funciona así! Jejeje!

Lo que sí nos interesa son los diferentes métodos para hacer una regresión. Como dije en el capítulo anterior, hay muchos métodos, y quizás con dos o tres que te muestre tendrás bastante, puesto que todos son más o menos parecidos, y con imaginación podemos inventarnos los que queramos.

¿Cómo desarrollar una regresión?

Inicialmente, tenemos que introducir al sujeto en el estado Z2. (También se puede realizar algunas regresiones en el estado Z1, pero no son tan espectaculares. Puesto que se trata de sugestionar al sujeto de que dentro de unos momentos comenzarán a florecer en su mente recuerdos que tenía perdidos.) De hecho, casi todas las regresiones que he hecho han sido en el estado Z2.

Una vez que tenemos al sujeto en el estado Z2, hay que sugestionarlo y relacionarlo con algo que esté en movimiento: Una pantalla de cine, una escalera, un ascensor, e incluso, una cuenta hacia atrás en su edad. Vamos a ver unos cuantos ejemplos de estas sugestiones:


Una persona hipnotizada en Z2, no va a hacer nada que no le digas. No puedes pedirle que te conteste a una pregunta, si no le has dicho que puede mover la boca y hablar sin despertar. Para hacer que una persona pueda hablar mientras está hipnotizada, es conveniente darle la siguiente sugestión: (que ya vimos en el capítulo 7)

“Escúchame atentamente... Ahora voy a contar hasta tres, y cuando llegue hasta tres, podrás mover la boca y hablar sin despertar... Al igual que hay gente que habla dormida. Tú también podrás cuando cuente hasta tres. Uno... Te encuentras muy relajado, dentro de poco, podrás hablar sin despertar... Dos... Cuando diga tres, al igual que hay gente que habla en sueños, tu podrás hablar sin despertar... Tres! A partir de ahora, puedes mover la boca y hablar sin despertar...”

(Observar en el momento de decir TRES, como mueve la boca! (Si no lo hace, repetir sugestiones del tipo “desde este momento puedes mover la boca y hablar sin despertar.) Si no hace ningún movimiento, quizás no esté en Z2 y tengas que profundizar su estado de hipnosis.)

Una pantalla de cine:

Es la que más me gusta, puesto que el sujeto en ningún momento corre riesgo alguno. (Puesto que lo que sucede lo ve exterior a él mismo. Como algo que ha pasado que está viendo en una película.)

“Imagínate que estás sentado enfrente de una gigantesca pantalla de cine... Ahora mismo, te encuentras enfrente de una gigantesca pantalla de cine... Cuando cuente hasta tres, verás como se empieza a proyectar en esa pantalla de cine una película. Cuento: Uno... Ahora te fijas muy bien en esa pantalla de cine... Dos... Dentro de poco comenzarás a ver que se proyecta una película... Tres... Ahora la película ha comenzado... ¡Fíjate! Es la película de tu vida... Ahora estás viendo el día de ayer... Ahora en la pantalla de cine estás viendo lo que hiciste el día de ayer...”

Si queremos que recuerde momentos de cuando entró por primera vez al colegio diremos:

“Observa!!! Ahora la película comienza a reproducirse al revés... Ahora va hacia atrás... Cada vez más rápido... La película va cada vez más rápido hacia atrás... La película va hacia atrás... Ahora mismo se ha parado justamente el primer día que fuiste al colegio por primera vez... Ahora, en la pantalla de cine ves todo lo que hiciste el primer día que fuiste al colegio por primera vez...”

En este momento, si le das la sugestión de que pueda hablar sin despertar, puedes hacerle preguntas de lo que está viendo. Que te cuente qué está pasando en la pantalla del cine.

La cuenta atrás:

Este está muy bien porque el sujeto vive en primera persona todo lo que ha pasado. Aunque aconsejo que no lo uses si sabes que el sujeto va a revivir alguna experiencia traumática, puesto que va a vivir todo lo que pase como real.

“Cuando cuente hasta tres, tendrás XX años... Cuento: Uno... Comienzas a ir hacia atrás en tu edad... Dos... Te estás acercando a la edad de XX años... Tres!... Ahora tienes XX años...”

En este momento, si se le ha dado la sugestión de que puede mover la boca y hablar, podemos ir haciéndole preguntas para ver qué es lo que está pasando, qué está viendo, haciendo, etc.

Es muy recomendable, para despertar al sujeto, incluir en la sugestión de despertar, la sugestión de que cuando despierte tenga la edad que tiene en su vida real.

Consejos:

Si lo que queremos es que el sujeto recuerde todo lo que ha pasado durante la regresión, habrá que indicárselo en la sugestión de despertar. “[...] despertarás, te encontrarás muy bien y te acordarás de todo lo que ha pasado [...]” (Si no se lo dices, el sujeto no recordará nada de lo que ha pasado durante la regresión. Aún intentando hacérselo recordar después.)

Si en algún momento el sujeto empieza a llorar, a gritar, o cualquier cosa de esas:

1º No te asustes (¡Tarde! Porque uno siempre se asusta. XDDD)

2º Cortar por lo sano! (Cuando cuente hasta tres despertarás y te encontrarás muy bien. Todo ha sido una pesadilla... Uno... Dos... Tres)

3º Calmar al sujeto. Darle sugestiones de calma, que todo ha sido un sueño...

¿Y qué pasa con “las otras vidas”?

Un efecto muy curioso que se puede conseguir mediante la hipnosis es hacer una regresión a una persona hasta su “otra vida”. Se consigue haciendo una regresión hasta cuando está en el vientre de su madre, y retroceder en el tiempo aún más. Es entonces, cuando el sujeto está viviendo en una época anterior. Lo curioso es preguntarle su nombre. Al que responderá con otro diferente. (Supuestamente el nombre que tenía en su otra vida.)

No creo que el sujeto esté recordando una posible “vida anterior”, creo que el concepto del tiempo en nuestra mente no tiene números negativos. Y al preguntar por lo que pasó cuando tenía –64 años, obtenemos cosas muy interesantes. Esta es mi opinión. Cada uno que piense lo que le parezca. De hecho, estoy investigando este tema. Y os mantendré informados de cualquier cosa curiosa que encuentre.

Fin del capítulo 9

Espero que te haya parecido interesante y entretenido. Muchas gracias por vuestro interés. Estaré encantado de responder cualquier duda, o hacer efectiva cualquier sugerencia enviada desde la sección “Comentarios” de mi web. Como son muchos los emails que recibo, pido disculpas por la tardanza. Hasta luego! Ah!!! Muchas gracias a todos los que habéis colaborado para conseguir el dominio de esta web!

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