viernes, 15 de enero de 2010

Hipnosis Capítulo 11

Curso de Hipnosis. Capítulo 11

Introducción:

Hola a todos! Hoy hace un mes desde que estrenamos nuevo diseño de la web y publiqué el capítulo anterior! Y ya llevamos más de 2000 visitas! (¡En un mes!)

Aspectos a destacar de la web:

- Es recomendad por la sociedad española de investigaciones parapsicológicas, como muestra el galardón que hay en la página de portada. Muchas gracias a Pedro Amorós por añadir el enlace de esta página en la suya: http://www.elseip.com. (De hecho, me hace mucha ilusión que el enlace de mi web aparezca ahí. Me encanta todo lo que tiene que ver con la parapsicología.)

- ¿Soy hipnotizable? ¿Qué técnicas funcionan mejor conmigo? ¿Qué me impide llegar a un estado profundo? Las respuestas a todas estas preguntas las podrás encontrar haciendo el test de hipnosis que se encuentra en nuestra web.

- A partir de ahora tenemos nuestra propia sala de chat. (Absteneos de hablar con @HomerBot, es solo un bot guardián.)

Aquí tenéis otra nueva entrega del curso de hipnosis. Como siempre comenzaremos describiendo una prueba de sugestión, “la prueba de los brazos”, la cual es un poco complicada, pues requiere un gran esfuerzo por parte del hipnotizador. Aunque creo que a estas alturas si habéis seguido todo este curso al pie de la letra, estaréis preparados para realizarla con éxito.

Después de otro método de profundización llamado “Técnica de fraccionamiento de Vogt”, expondré, comentaré y analizaré una técnica de hipnosis ideada por uno de nuestros lectores, la he llamado “Método de los brazos estirados”. Esta técnica que nos describe es muy fácil de desarrollar y con unos resultados más que buenos!

Para continuar nos haremos una pregunta: ¿Se puede transmitir el pensamiento?

Y para terminar, os responderé mucho a una pregunta que recibo muy a menudo.

Como me contáis en los mails, parece ser que ha resultado de vuestro interés el apartado hipnosis dedicada al entretenimiento. Me pedís que os explique paso a paso el desarrollo de esta aplicación. (Como no he tenido mucho tiempo, no lo he podido incluir en este capítulo, pero de seguro que aparecerá en el siguiente.)

(Pido mil disculpas por no hablar en este capítulo de los métodos de Erickson. Yo creía que podría mostrarte algún método, pero está prohibida la reproducción total o parcial del libro sin permiso del autor. Lo siento mucho. Quizás en próximos capítulos...)

*Prueba de sugestión:

Prueba de los brazos

En esta prueba se utiliza un objeto llamado “bola hipnótica”, pero la puedes sustituir por cualquier objeto brillante que llame bastante la atención.

El sujeto permanece de pie con los brazos en cruz, estos hacen una línea paralela al suelo, mientras el hipnotizador, con la mano izquierda, le muestra una bola hipnótica, situándola un poco por encima de sus ojos. Se comienza diciendo:

”Piensa que tus brazos empiezan a pesarte hasta tal punto que no te queda más remedio que bajarlos. Fija tu mirada en esta bola. Cuando la estés mirando, sentirás que tus brazos se hacen más pesados y terminarás bajándolos. Cuando mires esta bola, vas a sentir tal pesadez en tus brazos que se van a bajar. Ahora mismo ya estás empezando a notar que tus brazos pesan, y cada vez van a pesar más. Tus brazos pesan, y cada vez más. Tus brazos pesan... pesan... pesan... casi sin darte cuenta, tus brazos se hacen más y más pesados. Cada segundo que pasa, tus brazos se hacen más pesados. Sientes una gran pesadez en los brazos. Seguir con los brazos en cruz te resulta difícil, cada vez más difícil. Tus brazos se van a bajar. Tus brazos se bajan. Tus brazos son pesados... pesados. Te resulta imposible mantenerlos en posición horizontal... absolutamente imposible. Tus brazos se bajan... más... más... más, un poco más. Tus brazos son pesados... pesados... pesados... muy pesados. Tan pesados que caen. Tus brazos caen. Tus brazos caen completamente, es como si soportaran un enorme peso... Un enorme peso que los hace caer. Un enorme peso... un enorme peso... un peso enorme que hace caer tus brazos, si que puedas evitarlo.”

Como es normal, una persona no puede permanecer en esa posición durante más de dos minutos, aunque el subconsciente del sujeto creerá que es debido a la sugestión del hipnotizador.

El éxito (reacción física) de esta primera parte es seguro. (Es decir, que veamos que no aguanta más con los brazos en esa posición y termina bajándolos.)

El éxito (psicológico) es hacer creer al subconsciente del sujeto que las sugestiones que le sugerimos se cumplen como por arte de magia.

Para comprobar que la primera parte ha tenido éxito, vamos a acompañar la sugestiones siguientes con gestos: sin tocar en ningún momento al sujeto, el hipnotizador debe realizar una serie de movimientos para guiar tus brazos hacia abajo, como si ejerciera presión sobre ellos.

“Continúa mirando la bola. Al hacerlo, vas a sentirte incapaz de levantar los brazos. Tus brazos pesan mucho, tanto que, dentro de un momento, cuando intentes levantarlos, no podrás hacerlo. Tus brazos son pesados, pesados, muy pesados. Nunca hubieras podido imaginar que pesaran tanto. Tus brazos se pegan a tus muslos, se pegan cada vez más. Pronto te resultará imposible levantarlos. Por mucho que lo intentes, no podrás. Cuanto más te esfuerces por levantarlos, más pesados te parecerán. Tus brazos han dejado de obedecerte. Ya no tienes ningún poder sobre ellos. Tus brazos se paralizan. Cuando yo diga tres notarás que no puedes levantarlos, comprobarás que es absolutamente imposible. Tus brazos se paralizan. Cuando yo diga tres notarás que no puedes levantarlos, comprobarás que es absolutamente imposible. Tus brazos son pesados... pesados... pesados. Cuando yo diga tres te será imposible levantarlos. Intentarás levantarlos, pero no lo conseguirás. Te parecerá una tarea imposible. Uno, tus brazos son muy pesados. Tus brazos no tienen fuera... Dos, tus brazos pesan todavía más. Se pegan a tus muslos, se adhieren a tus muslos... Tres, no puedes levantarlos. Cuanto más lo intentes más difícil te resultará. Tus brazos pesan demasiado. Te resulta completamente imposible levantarlos.”

Si el sujeto no consigue separar los brazos del cuero, la prueba habrá terminado con éxito. (Normalmente, a no ser que tengas un gran dominio en el manejo de la voz a la hora de dictar las sugestiones, te resultará muy complicado acabar esta prueba con éxito.)

Si eres principiante, no te la recomiendo.

* Método de profundización:

Como vimos en el capítulo anterior, estas técnicas se utilizan para hacer que el sujeto entre en un estado más profundo de hipnosis. (Cuando creemos que una persona no está en el estado que hipnosis que necesitamos para ciertas sugestiones, deberemos aplicar métodos de profundización hasta que llegue al estado de hipnosis esperado.)

Técnica de fraccionamiento de Vogt

Este método lleva el nombre del autor que lo describió por primera vez. Es uno de los más eficaces para inducir en trance profundo, incluso en los casos en que otros métodos han fallado. Consiste en hipnotizar y despertar al sujeto en situaciones rápidas y consecutivas.

La experiencia ha demostrado que cada hipnotización lleva a una mayor sugestionabilidad del sujeto y favorece la inducción de un trance más profundo en la tentativa siguiente.

Janet observó, en los casos en que el sujeto es despertado bruscamente, que se manifiesta una tendencia a permanecer cierto tiempo en estado hipnótico.

Weitzenhoffer confirma este criterio. Sostiene que la hipersugestionabilidad que resulta de la inducción al trance, perdura en estado de vigilia unos treinta minutos. Pero aconseja, para hacer más eficaz tal fenómeno, comenzar así:

“Dentro de poco te despertarás. Apenas abras los ojos te encontrarás pesado como el plomo y sentirás mucho sueño. Intentarás estar despejado, pero no lo conseguirás, pues tus ojos te pesarán cada vez más y estarán cansados hasta que los cierres. Sentirás sueño y te notarás entumecido. Cuando cierres los ojos, dormirás con un sueño mucho más profundo que el de ahora. Voy a contar hasta tres. Cuando acabe, abrirás los ojos. Pero estarás tan entorpecido y abotargado que no podrás tenerlos abiertos mucho rato y volverás a dormirte otra vez, pero más profundamente que ahora. Uno, dos, tres... ¡Despierta!”

En general el paciente sigue con los ojos extraviados en la misma posición y sin hacer ningún movimiento. Se le deja tranquilo unos quince segundos y luego se continúa:

“Te sientes cansado y adormecido. Fatiga tener los ojos abiertos, ¿verdad? Tus ojos están cansados, cansados, pesados, llenos de sueño; ciérralos y déjate caer. Muy bien. Ahora tus ojos se han cerrado. Duerme..., duerme..., duerme tranquilo hasta que yo te despierte...”

Este procedimiento se repite varias veces, hasta que el sujeto consigue un trance bastante profundo. En ese instante se dan sugestiones de catalepsia del brazo. Al infundir sugestiones, en vez de retar al paciente, se acude a estos recursos:

“Ahora no puedes doblar el brazo. Si lo intentases no lo conseguirías, pero tú no tienes intención de probarlo; sólo quieres dormir, relajarte, dejarte caer..., dormir profundamente, cada vez más profundamente...”

(Es decir, las sugestiones que se le den al paciente, deberán ser sugestiones como la descrita arriba. Sugestiones que surtan efecto, no porque el hipnotizador se lo ordene, sino porque el sujeto no tenga intención de probar que es falso.)

*Técnica de hipnosis:

Método de los brazos estirados

Para este apartado os voy a mostrar una técnica creada por uno de nuestros lectores:
Nelson Palacio, de Medellín, Colombia.

Aquí tenéis el desarrollo explicado por su autor:

“... además estuve pensando en otro método para sugestionar inicialmente a la persona y me ha resultado muy efectivo. Es algo parecido al del método del brazo liviano y al de la caída hacia atrás, combina estas dos formas.

Lo que sucede es que el sujeto se ubica o se pone en posición como en el método de caída, tú le explicas como funciona pero en vez de sugestionarlo de una vez, le sostienes los brazos estirados completamente contra el cuerpo a los costados, le dices al sujeto que va a tratar de subir los brazos por sus costados durante 30 segundos mientras que tu le haces fuerza en la dirección contraria (hacia abajo) mientras tanto, vas a decirle que cuando termine de contar hasta tres va a dejar de empujar y se va a relajar mientras que sus brazos van a ser de aire cada vez mas y mas livianos (esto lo dices mientras empuja hacia fuera), en el momento que cuente hasta tres, la sueltas y la sugestionas diciéndole que tienes el control de sus brazos y le dices que están livianos mientras se concentra en ello, inmediatamente sus brazos van a comenzar a levantarse por mero hecho físico, debido a que los músculos aun están tensionados hacia arriba por lo tanto el movimiento es involuntario y tu le atribuyes el hecho a la sugestión, este es un método mucho mas fácil que el de los ojos o caída hacia atrás, ...”

Método detallado:

El sujeto permanece en pié, con los brazos caídos a lo largo de su cuerpo. Entonces, el hipnotizador, le dice:

“Ahora, vas a intentar subir tus brazos por los costados... Con todas tus fuerzas, intentarás subir tus brazos hacia arriba...” (Se le debe quedar bien claro cómo será el movimiento que deberá hacer. Espero que el siguiente dibujo te lo aclare.)

El hipnotizador le mantendrá los brazos pegados al cuerpo mientras que el sujeto intentará levantarlos por los costados como se indica en la figura. Entonces comenzamos con la sugestión:

“A partir de ahora quiero que comiences a levantar los brazos hacia arriba por los costados. No importa que no se muevan, pues yo hago presión en sentido contrario a la tuya. Lo que importa es que subas tus brazos hacia arriba... Imagínate que los estas levantando... Aunque mantengas tus brazos pegados a tu cuerpo imagínate que lo estás consiguiendo... Que los estás levantando... Sigue haciendo fuerzas... Dentro de poco te pediré que dejes de hacer fuerzas y relajes los brazos... Voy a contar hasta tres... Y cuando llegue hasta tres, vas a dejar de hacer fuerzas y relajarás tus brazos manteniéndolos caídos... Mientras sigues haciendo presión... Mientras sigues intentando levantar los brazos voy a contar... Uno... Sigue intentando levantar los brazos... Cuando llegue hasta tres, relajarás tus brazos, yo te los soltaré y ocurrirá una cosa muy curiosa, que indicará que estás cerca de entrar en hipnosis... Dos... Sigue haciendo presión... Cuando diga tres, relajarás tus brazos, yo te los soltaré y verás que comenzarán a subir solos hacia arriba, sentirás tu cuerpo muy cansado, tus ojos muy pesados, tan pesados que, mientras tus brazos suben, tus ojos se irán cerrando, te entrará mucho, mucho sueño, y cuando tus ojos se cierren, te quedarás dormido... Cuando llegue a tres... Dejarás de hacer fuerzas, relajarás tus brazos, yo te los soltaré y verás que comienzan a subir solos, mientras, tus ojos se irán cerrando, se volverán muy pesados, tu cuerpo se sentirá muy cansado, tan cansado que cuando tus ojos se cierren te quedarás profundamente dormido... ¡Tres! Ahora deja de hacer fuerzas...”

El hipnotizador le suelta inmediatamente los brazos, y rápidamente continúa con la sugestión. (El movimiento de los brazos hacia arriba comenzará justo cuando el sujeto relaje sus brazos y el hipnotizador se los suelte. Por eso justo antes de soltarlos el hipnotizador continúa)

“Ahora te suelto los brazos y comienzan a subir, tus ojos se cierran, tu cuerpo está muy pesado, cansado, tienes sueño, tus ojos pesan, se cierran... Mientras tus brazos suben, tus ojos se cierran, tienes mucho sueño... Cuando tus ojos se cierren te quedarás profundamente dormido” (Continuar con sugestiones de este tipo hasta que el sujeto cierre los ojos.)

Hay que tener en cuenta, que los brazos subirán por reacción fisiológica. Este movimiento durará tres o cuatro segundos. El hipnotizador deberá ser muy rápido y aprovechar el momento en el que los brazos estén subiendo, puesto que una vez que los brazos alcanzan una posición determinada, pararán y no continuarán. A partir de ahora las sugestiones que le proporcione el hipnotizador tendrán más dificultad para entrar en el subconsciente del sujeto.

Una vez que el sujeto ha cerrado los ojos continuar:

“Duerme, quiero que duermas profundamente... Tus ojos se han cerrado y te encuentras en un estado de calma y bienestar... Duermes... Estas profundamente relajado... Profundamente dormido...”



Mucha gente al entrar en estado de hipnosis se deja caer al suelo, mientras otras personas siguen de pié. Mantén especial cuidado en que la persona no vaya a lastimarse. Es preferible que haya un sillón detrás.

Análisis de este método:

Este método pertenece a la Familia Sensorial. Veamos por qué:

Crear una situación de la que se conocen las consecuencias psicológicas.

En este caso, lo que conocemos son las consecuencias físicas. Es de conocer que si estamos haciendo un esfuerzo continuo, al relajar el miembro que ha estado haciendo el esfuerzo, este continuará su movimiento por unos segundos.

Sincronizar por medio de la sugestión.

Le haremos creer al subconsciente del sujeto que sus brazos se moverán debido al hipnotizador.

Desviar la sugestión hacia el objetivo marcado.

Relacionamos el movimiento de sus brazos hacia arriba con la pesadez de sus ojos, de su cuerpo, y que tenga ganas de dormir.

Lo curioso es que aunque no exista ninguna relación, el subconsciente del sujeto sí cree que la hay. (Si el hipnotizador le ha dicho que sus brazos comenzarían a subir, y suben, ¿Por qué no va a ocurrir que sus ojos pesen mucho, que le entre sueño y se duerma?)

Este método es perfecto para inducir en hipnosis. De hecho, según su desarrollo, y aplicando solo este método, podemos conseguir un 90% de probabilidad de éxito. (Ahora, si aplicas métodos de profundización de la hipnosis, puedes conseguir un 99%)

*Autohipnosis:

Como en el capítulo anterior hable de una técnica de autohipnosis con ayuda del hipnotizador, ahora os mostraré una técnica que podéis hacer vosotros solos. Las técnicas de autohipnosis que no requieren ayuda de un hipnotizador requieren mucha práctica para conseguir un dominio de ellas, y por tanto, conseguir resultados.

Técnica del kárate sofrológico

Es una técnica elaborada por el Dr. Guyonnaud, y se parece mucho a la expuesta en capítulos anteriores. Este método acoge varias disciplinas: es a la vez un sistema de equilibrio de la energía, un deporte médico, una combinación original de ejercicios corporales y psicológicos, un procedimiento de relajamiento muscular asociado al aprovechamiento de la imaginación, una psicoterapia a partir de las artes marciales (en particular del kárate), una filosofía, una escuela de autodominio, un medio de fortalecimiento de la personalidad y del sentido de la responsabilidad, un factor de desarrollo de la facultad del individuo para “integrarse en el seno del Universo”, un acercamiento de las psicologías de Oriente y de Occidente... pero también un conjunto de recetas de autodefensa, una técnica de respiración y de automasaje de los puntos psíquicos de la acupuntura como medio para eliminar las crispaciones por vía muscular, mecánica.

En resumen, sirve de relajación y para autosugestionarte de algo, como por ejemplo:

Ya no te pondrás nervioso en fechas de exámenes.

Pondrás más atención en clase.

Tu cerebro absorbe más fácil y mejor todo lo que quieres aprender.

Desarrollo:

1) Túmbate boca arriba y repite, tantas veces como sea necesario, “estoy acostado tranquilamente”, hasta que sea una sensación real.

2) Di o repite, si es necesario: “Aflojo todos los músculos de mi cuerpo” y, sin prestar atención a otros pensamientos, abandónate a una relajación muscular generalizada.

3) Di dos veces: “Aflojo los músculos de las manos”... y hazlo.

4) Di dos veces: “Aflojo los músculos de los antebrazos”... y hazlo.

5) Di dos veces: “Aflojo los músculos de los brazos”... y hazlo.

6) Di dos veces: “Aflojo los músculos de los hombros”... y hazlo.

7) Di dos veces: “Aflojo los músculos de los pies”... y hazlo.

8) Di dos veces: “Aflojo los músculos de las pantorrillas”... y hazlo.

9) Di dos veces “Aflojo los músculos de los muslos”... y hazlo.

10) Repite cuatro o cinco veces: “Me pesan los brazos”... e imagínate que tus brazos se transforman en sacos que se van llenando de plomo.

11) Repite cuatro o cinco veces: “Me pesan las piernas”... e imagínate que también tus piernas se transforman en sacos que se van llenando de plomo.

12) Di dos veces: “Aflojo los músculos de la frente”... y hazlo.

13) Di dos veces: “Aflojo los músculos del occipucio”... y hazlo.

14) Di dos veces: “Aflojo los músculos de la boca”... y hazlo.

15) Di dos veces: “Aflojo los músculos de la nariz”... y hazlo.

16) Di dos veces: “Aflojo los músculos de los ojos”... y hazlo.

17) Di dos veces: “Aflojo los músculos de las orejas”... y hazlo.

18) Di dos veces: “Aflojo los músculos del cuello”... y hazlo.

19) Di dos veces: “Aflojo los músculos del pecho”... y hazlo.

20) Di dos veces: “Aflojo los músculos del abdomen”... y hazlo.

21) Di dos veces: “Aflojo los músculos de la nuca”... y hazlo.

22) Di dos veces: “Aflojo los músculos de la espalda”... y hazlo.

23) Di dos veces: “Aflojo los músculos de la pelvis”... y hazlo.

24) Repite tres veces: “Aflojo los músculos de todo mi cuerpo”... y hazlo.

25) Profundiza en la sensación de relajación, imaginándote en el campo (o a orillas del mar, o en la montaña, según tus preferencias), descansando o paseando, dedicándote a juegos al aire libre, etc.

Nota:

Estas veinticinco frases se deben asimilar progresivamente, en cinco etapas:

- la primera comprende los ejercicios 1 y 22;

- la segunda llega hasta el ejercicio noveno, incluido;

- la tercera etapa vuelve sobre los nueve ejercicios anteriores y añade el décimo;

- la cuarta suma a los anteriores el ejercicio undécimo;

- la quinta etapa abarca la totalidad de los 25 ejercicios.

La total familiarización de la técnica exige un dominio absoluto de los ejercicios que componen una etapa antes de pasar a la siguiente.

Una vez asimilados los veinticinco ejercicios, es necesario practicarlos todos, de manera regular, preferiblemente a diario; si ya se domina la técnica, lo normal es emplear unos cinco minutos en todos ellos.

Es aconsejable terminar repitiendo tres o cuatro veces: “Gracias a esta sesión, mi cuerpo y mi espíritu se han fortalecido”... (O cualquier otra sugestión que se desee) y convencerse profundamente de ello.

Sólo al principio resulta indispensable estar acostado. En cuanto consigas realizar todos los ejercicios sin la menor dificultad, te acostumbrarás, gradualmente, a practicarlos de forma mecánica, tanto sentado como de pie.

*Transmisión del pensamiento:

¿Es posible transmitir el pensamiento? Antes de todo veamos el siguiente experimento:

Una vez que el sujeto se encuentra en estado Z2:

“Ahora quiero que me escuches atentamente... Desde el momento en que cuente hasta tres, tu cerebro y el mío serán uno solo... Quiero que te concentres... Cuando llegue hasta tres, podrás escuchar todo lo que yo estoy pensando... Cuento: Uno... Te encuentras muy bien... Tu cerebro se va conectando al mío... Falta muy poco para que los dos cerebros sean uno... Dos... Concéntrate... Dentro de nada, podrás escuchar mis pensamientos... Tres! Ahora nuestros dos cerebros están interconectados y puedes saber todo lo que yo pienso sin esfuerzo alguno, como si lo escucharas con tus oídos...”

El hipnotizador le ordena al sujeto mentalmente que levante un brazo.

¿Qué te parece? ¿Propio de una película de ciencia ficción?

Pues así mismo me quedé yo al comprobar que una de cada diez personas obedecía mi orden de levantar su brazo!

¿Casualidad?

Pues no sé. Aunque creo que no es casualidad. Creo que el sujeto realmente captó el mensaje del hipnotizador.

¿Por qué se da este hecho?

Todas nuestras ideas y pensamientos son codificados en impulsos eléctricos. La capacidad de leer el pensamiento es la capacidad de poder detectar esa información codificada electrónicamente.

Como dije en el capítulo que hablaba de las herramientas del hipnotizador, la experiencia ha demostrado que cuando el hipnotizador se concentra en una idea, sobre todo si se trata de una imagen en la que aparece el sujeto sobre el que intenta actuar, en un 30% de los casos se produce acción. (A mí solo un 10% L)

Si tienes curiosidad... (Ya sabes: A ponerlo en práctica!)

Respuestas a vuestras preguntas.

Quiero aprender a hipnotizar. Dime alguna técnica para hipnotizar.

¡No os podéis ni imaginar el montón de emails de este tipo que recibo cada semana!

Primero: Para aprender a hipnotizar, debes tener interés en la hipnosis, y después, hacer el curso de hipnosis que he escrito. Aprenderte muy bien la teoría y hacer los ejercicios prácticos que propongo. Mientras no domines la teoría y los ejercicios prácticos de cada capítulo no deberías pasar al siguiente.

Segundo: Hay infinitas técnicas para hipnotizar. Estoy seguro que quieres una técnica de hipnosis para evitar tener que aprenderte la teoría y demás. ¿Crees que teniendo una técnica de hipnosis vas a poder hipnotizar a alguien? Está claro que no. Es imposible que logres hipnotizar a alguien simplemente leyéndole una técnica de hipnosis.

Si no me haces caso, verás que tengo razón porque no lograrás hipnotizar a nadie. Lo único que conseguirás es que dejen de creer en ti como hipnotizador y en la hipnosis.

Es por esto por lo que no he puesto secciones en mi web de:

Pruebas, Técnicas, Regresión, Autohipnosis, Profundización, etc.

(Estoy seguro que todo el mundo iría directamente a la sección de técnicas, sin tan siquiera leerse la teoría, ni los consejos.)

Fin del capítulo 11

Pues hasta aquí hemos llegado esta vez. Espero que todo lo que se ha tratado te haya resultado interesante. Necesito colaboración por vuestra parte. Si tienes en mente una técnica de hipnosis que todavía no he publicado en este curso, no lo dudes y envíamela desde la sección “Comentario” de mi web. Intentaré hacer un análisis de tu técnica y describirla paso a paso, como he hecho en este capítulo, para compartirla con los demás lectores. Envíame cualquier cosa que tengas relacionada con la hipnosis: Una idea, un artículo, una sugerencia, una duda, etc.

¡Muchas gracias por todo y hasta la próxima!

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